Psicofonías

(algo así como el blog de Psicobyte)

Un beso

Pub La Rocka, anoche.

Beso

Esta señorita, además de ser tan guapa como se puede apreciar, da de beber (cerveza) al sediento con caridad cristiana.

O sea, que es una joya.

El tipo con pinta de borracho que tiene la fortuna de recibir el beso soy yo.

Lo del beso es, desafortunadamente, solo para la foto. Es decir, que normalmente no me los dá. Además, lo hizo para que no se le viera la cara en la foto...

Como no podía ser menos, esta imagen se la dedico con todo el cariño a Xanatos / Megalechu / Lechu for President.

Música

Mi compañero F. y yo tenemos gustos musicales distintos. Muy distintos.

Eso, en principio, está bién: Gente distinta, gustos distintos, variedad de caracteres, otras perspectivas, diversidad, bla bla bla...

Todo muy bonito.

Pero, si te digo que trabajamos todo el día en la misma pequeña habitación, ya empezarás a sospechar que la cosa se pone peliaguda.

Aún así, y salvo momentos puntuales, lo llevamos bién, y no hemos tenido que llegar a la agrasión física. Pero hoy la cosa ha alcanzado el límite de ruptura. Me temo que la tragedia nos acecha.

Hoy, ese bellaco vil e infame de mi compañero, aliado en criminal asociación con el traidor de Arkangel, me ha dado una sádica sesión de algo llamado Opera Chill Out.

Por si tienes la suerte de no conocer qué es eso, te diré que significa agarrar una obra maestra de la ópera (generalmente un aria de las más conocidas), deformarla con cambios de ritmo, reververaciones o distorsiones varias, e inyectarle sin compasión ritmos electrónicos, hasta derrumbar todo sentido musical concebible.

De verdad, es criminal. La O.N.U. debería intervenir.

Entiendo que a mucha gente no le guste la ópera. Pero esa no es una razón para torturarla de ese modo.

Cuando he oido lo que le han hecho a "Un bel di vedremo", que es probablemente el aria más hermosa (y famosa) de Madame Butterfly, me han dado ganas de estrangular a alguien. Es como lanzar ácido a los ojos de Sofía Loren.

El Futbolín

Lo que se siente en el pub "La Rocka" por el futbolín es verdadera devoción. Va más alla de la religión, la política o incluso el propio fútbol.

A ver, que si no es que no se entiende. El otro día había allí solo 14 personas, contando al camarero (Si, es que ese "el otro día" era un lunes).

Pues de esas 14 personas, tres NO estaban esperando turno para el futbolín.

Una de las razones por las que vamos allí es ese futbolín. Otra de las razones es la cerveza en jarra, pero de eso hablaré otro día.

Lo que pasa es es que, supongo que precisamente por esa devoción casi religiosa, los que juegan allí suelen ser muy buenos, con lo que acabamos jugando muy poco.

(Entonces nos vamos al "Van Gogh" que, a pesar de tener un futbolín peor, está más libre).

Mi problema es que soy muy malo a este juego.

Si, bastante peor de lo que te estás imaginando en este momento.

Un poco peor que eso.

¡Eh! ¡Tampoco tanto!

La Tecnica del Mono Borracho

Mi tecnica de juego ha sido bautizada por F. como la "Tecnica del Mono Borracho".

La "Tecnica del Mono Borracho" es una sofisticada estrategia de juego, en la que se enlazan un cierto estado espiritual y mis habilidades personales con las circustancias ambientales y de juego, creando una sinergia estocástica de consecuencias fractalizantes.

Es decir, que consiste en mover los jugadores histericamente con la esperanza de golpear la bola y que esta, a veces, se mueva en una dirección más o menos correcta.

Se llama "Tecnica del Mono Borracho" porque, si tu agarras un chimpacé, lo emborrachas y lo pones a jugar al futbolín, lo haría de un modo bastante parecido.

Lo bueno de esta tecnica es que, cuando entra un gol, tú mismo eres el primer sorprendido.

Lo malo es que esto no suele ocurrir.

Pero, eso sí, nos reimos mucho.


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