Psicofonías

(algo así como el blog de Psicobyte)

Encuentra las siete diferencias

Fotografía antes y despues de un retoque digital

O las setenta diferencias.

O las setecientas.

Si lo piensas, es bastante estúpido.

Me refiero, para empezar, a crear un modelo de belleza definido y universal, que se pretende como un objetivo a conseguir para alcanzar el estatus de "atractivo".

O sea: Que alguien ha decidido qué aspecto hay que tener para ser guapo, y todos debemos seguir esa norma.

Me refiero, para continuar, a la idea implícita de una escala lineal, que normalice el atractivo personal en una línea perfectamente graduada, desde la fealdad en un extremo, a la belleza en el otro.

O sea: Que debe existir un Cociente de Belleza (CB a partir de ahora), que defina lo guapo o feo que eres con un número, al estilo de esa otra idea también estúpida del Cociente Intelectual (Debería hablar de esto un día, pero es que me pongo de los nervios con el tema).

Y me refiero, para terminar, a que, además de pretender situarnos a todos en la misma escala basada en el mismo modelo, ese modelo es falso.

Que no existe, vamos.

Querer parecerse a la muchacha de la portada de "Metropolitan" (por usar el ejemplo ficticio del link de abajo) es, si me apuras, como querer parecerse a u unicornio. Los unicornios no existen. Y la chica de "Metropolitan" tampoco.

Ya, ya sé que exagero. Pero no tanto como podría parecer.

Todo el mundo lo sabe: Las modelos de las revistas están tremendamente maquilladas, las luces son cuidadosamente situadas y las fotografías están seleccionadas al detalle.

También sabe todo el mundo que esas fotografías han pasado por el sutil filtro del retoque fotográfico.

Conozco, por amigos que están en el gremio, ejemplos en fotografías que ilustran noticias de periódicos locales (Cosas del tipo de "Quítale ese grano al concejal, que queda fatal" o "Arreglale los dientes a ese futbolista").

Y si esto se hace en fotografías "periodísticas", imagínate lo que se hace en publicidad.

En una página de la web de Forsman & Bodenfors tienen una presentación en flash (de la que proceden las imágenes que ilustran este post) ejemplificando el tipo de retoques que se les hace a estas fotografías. Y, te lo aseguro, no exageran.

Más ejemplos de lo que puede hacer el retoque digital en las páginas de Glenn C. Feron yGreg Apodaca.

En definitiva, que personas que no existen se convierten en falsos modelos de belleza en una escala lienal absurda.

Lo que te decía al principio: Si lo piensas, es bastante estúpido.

He encontrado esta noticia en Barrapunto (Aunque ellos han equivocado la web en la que se encuentra la presentación).

Sin internet

A los seminaristas granadinos, entre otras cosas, les han censurado el acceso a internet.

Os doy mi palabra de que yo no he tenido nada que ver con el asunto.

Cielo e infierno

El infierno

La ventaja que tiene el infierno es que todo funciona mucho mejor.

No hace falta que nadie oganice nada, ni que los demonios se pongan de acuerdo entre ellos o con sus clientes. De hecho, pese a la imagen que solemos tener del infierno, la verdad es que los demonios no hacen nada. No hace falta recordar que los demonios no son de naturaleza sociable ni participativa.

Simplemente con que cada demonio o condenado se comporte de manera egoísta y persiga su propio interés, el infierno se mantiene en contínuo y perfecto funcionamiento. No hace falta nada más.

La gente cree que el infierno es una especie de prisión en llamas, donde los demonios se dedican día y noche a mantener las calderas bién alimentadas. Pero no es cierto.

A los condenados al infierno se les hace creer que están el el cielo, y se les anima a elegir su propia felicidad. Les dicen que tienen derecho a hacer lo que quieran para alcanzar su meta, y que impedírselo sería una injusticia.

Paradójicamente, esto convierte al infierno en una terrorífica máquina de crueldad.

Por ejemplo: Cuando un condenado quiere escuchar música nadie se lo impide. Al contrario, se le anima a ejercer su legítimo derecho. Sobre todo, si eso molesta al condenado de al lado, que quiere dormir. Y, por supuesto, las autoridades infernales ven con satisfacción cualquier intento del segundo por proteger su derecho al descanso e impedir a su vecino escuchar esa música.

Por eso mismo los demonios, como te decía, no tienen que hacer nada. Simplemente actúan como cualquier condenado y buscan satisfacer sus gustos. De hecho, hay quién dice que los demonios no existen, que simplemente son los condenados con más habilidad, experiencia o fortuna para manipular, extorsionar o aprovecharse del resto. No sé si esto es cierto pero, si así lo fuera, el infierno sería la creación más eficiente jamás concebida por hombre, demonio, espíritu o diós alguno.

Cada uno solo tendría que seguir su propio interés, y sería como si una mano invisible guiase al infierno a su máxima eficiencia. Brillante. Maquiavélico.

Y todo esto sin hablar de la frustración que provoca esta contínua e imposible búsqueda de satisfacción. Los condenados escuchan contínuamente que lo único que se interpone entre la felicidad y ellos es su propia búsqueda y que aquellos que aún no la han encontrado solo lo deben a sus limitaciones naturales: Si aún no has llegado a lo más alto, es que no has pisado suficientes cabezas.

Lo que sí es necesario es que se impida cualquier posible brote de cooperación. Si algunos condenados empezasen a colaborar entre ellos, ese estado de contínua guerra hobbesiana perdería eficacia. Es muy improbable que llegaran a subvertir el orden demoníaco, pero sin duda no sería todo lo perverso que puede ser.

Por ello es importante que los condenados crean que están en el cielo, que viven en el mejor de los mundos y que las cosas no pueden ser de otro modo. Y por eso se les recuerda contínuamente que tienen derecho a alcanzar esa felicidad prometida, aún a costa de los demás.

Si, el infierno sí que funciona bién.

El cielo

El cielo es mucho más complicado.

Porque, claro, se supone que allí debe estar agusto todo el mundo. Y eso, siendo como somos cada uno de una manera y con unas opiniones, es muy difícil.

Una buena parte del tiempo se les va en decidir qué quieren hacer y cómo lo van a hacer. Por ejemplo: ¿Qué temperatura es la ideal y con qué margen de variación? ¿Cada cuanto tiempo debe cambiarse para adaptarla a los gustos de todos?

Y ponerse de acuerdo no solo es cansado y difícil. A menudo también es mucho más lento. Y organizar el trabajo para que nadie haga más que los demás o nadie se aproveche es francamente complicado.

Además, cuando uno decide hacer algo, debe tener siempre en mente si eso causará algún perjuicio a los demás. Después de todo, ellos también se han ganado el cielo y no es cosa de estropeárselo. Ser amable con todo el mundo puede ser muy cansado.

Seguro que tú creías que el cielo era perfecto y que todo era disfrutar. Pero no es cierto. Lo de las arpas queda muy bién en una postal pero ¿Y los que prefieran tocar el banjo?. Los ríos de miel necesitan muchísimo mantenimiento para estar límpios (y uno se aburre muy pronto de la miel) y las huríes molan, pero también tienen sus derechos y no pueden ser tratadas como objetos sexuales (despues de todo, ellas también están en el cielo).

Comparativa

Por eso las cosas son más complicadas en el cielo que en el infierno. Supongo que se podría aplicar alguna versión de la segunda ley de la termodinámica, pero eso te lo dejo a tí como ejercicio.

En resumen: Si el infierno solo requiere para funcionar que pienses solo en tí mismo, el cielo necesita que pienses en tí y en todos los demás. Como te puedes imaginar, requiere más esfuerzo y es mucho más complicado.

Aunque no tengo acceso a los datos demográficos, supongo que es por eso que hay mucha más gente en el infierno que en el cielo.

según las encuestas y como era de esperar, hay más personas en el cielo que en el infierno que dicen encontrarse satisfechas / muy satisfechas con su situación en la vida.

Pero lo que es más interesante es que, según esas mismas encuestas, hay muchas más personas en el infierno que valoran positivamente su sociedad.

Lo que demuestra, como te decía al principio, que la ventaja que tiene el infierno es que todo funciona mucho mejor.

Hace treinta años

Hoy, aunque sea domingo, sí hay post. Pero cortito:

Mil años tardó en morirse,
pero por fin la palmó.

Los muertos del cementerio
están de Fiesta Mayor.

Seguro que está en el Cielo
a la derecha de Dios.

Adivina, adivinanza,
escuchen con atención.

A su entierro de paisano
asistió Napoleón, Torquemada,
y el caballo del Cid Campeador;
Millán Astray, Viriato,
Tejero y Milans del Bosch,
el coño de la Bernarda,
y un dentista de León;
y Celia Gámez, Manolete,
San Isidro Labrador,
y el soldado desconocido
a quien nadir conoció;
Santa Teresa iba dando
su brazo incorrupto a Don
Pelayo que no podía
resistir el mal olor.

El marqués de Villaverde
iba muy elegantón,
con uniforme de gala
de la Santa Inquisición.

Don Juan March enciende puros
con billetes de millón,
y el niño Jesús de Praga
de primera comunión.

Mil quinientas doce monjas
pidiendo con devoción
al Papa santo de Roma
pronta canonización.

Y un pantano inagurado
de los del plan Badajoz.

Y el Ku-Klus-klan que no vino
pero mandó una adhesión.

y Rita la cantaora,
y don Cristóbal Colón,
y una teta disecada
de Agustina de Aragón.

La tuna compostelana
cerraba la procesión
cantando a diez voces clavelitos
de mi corazón.

San José María Pemán
unos versos recitó,
servía Perico Chicote
copas de vino español.

Para asistir al entierro
Carrero resucitó
y, otra vez, tras los responsos,
al cielo en coche ascendió.

Ese día en el infierno
hubo gran agitación,
muertos de asco y fusilados
bailaban de sol a sol.

Siete días con siete noches
duró la celebración,
en leguas a la redonda
el champán se terminó.

Combatientes de Brunete,
braceros de Castellón,
los del exilio de fuera
y los del exilio interior
celebraban la victoria
que la historia les robó.

Más que alegría, la suya
era desesperación.

Como ya habrá adivinado,
la señora y el señor,
los apellidos del muerto
a quien me refiero yo,
pues colorín colorado,
igualito que empezó,
adivina, adivinanza,
se termina mi canción,
se termina mi canción.

"Adivina, adivinanza" (J.Sabina)

Números corporales

Unas pocas cifras relativas al cuerpo humano, solo para pasar el rato:

Pelo

El pelo crece en torno a un centímetro al mes. Con una esperanza de vida de unos 82 años, un español tendría a la hora de su muerte, en teoría, una cabellera de casi diez metros.

Intestino

El intestino delgado mide unos seis metros de longitud (Aún así, no es recomendable usarlo para tender la ropa). Todo el aparato digestivo suma unos once metros.

Orina y saliva

Cada día los riñones filtran unos 180 litros de sangre, de los que extraen un litro y medio de orina. Las glándulas salivares producen, en cambio, unos dos litros y medios de saliva al día.

Superficies

La piel humana de un adulto cubre unos dos metros cuadrados. Sin embargo, la superficie de los alveolos pulmonares suma unos 80 metros cuadradados. Tenemos cuarenta veces más superficie por dentro que por fuera.

Sangre

La sangre tiene unos cinco millones de góbulos rojos... por milímetro cúblico.

Cerebro

El cerebro tiene unos cien mil millones de neuronas. Es decir: Hay unas quince veces más neuronas en tu cabeza que personas sobre la faz de la tierra. Sin embargo, si te diesen un dolar americano por cada una de ellas, "solo" tendrías la décima parte del gasto militar mundial de 2004 (Trste pero cierto: El planeta gastó más de ciento cincuenta dólares por persona para estos fines).

Espermatozoides

La eyaculación de un hombre contiene unos trescientos millones de espermatozoides.

Como, en teoría, un solo espermatozoide es necesario para fecundar un óvulo, una sola eyaculación sería suficiente para dejar embarazadas a todas las mujeres de China.

O, si lo prefieres, suficiente para fecundar a todas las mujeres de todos los países de habla hispana... Dos veces.

Dá un poco de miedo...

PPCMS 2022