Hoy es domingo. Y los domingos no hay posts, que son para el asueto.
(La chica de la izquierda es obra de Earl Moran)
"Lost in traslation" (además de una película) es una expresión inglesa que significa "Perdido en la traducción" y no, como he puesto en el título "Perdido en el traslado".
Se refiere a todos esos matices y juegos de palabras que desaparecen al traducir un texto, porque un idioma no permite los mismos artificios y matices que otro.
Traducir es complicado, y probablemente sea imposible no "perder en la traducción" cientos de pequeños detalles. Pero, para estos asuntos, mejor pregunta a pjorge o Maiko, por ejemplo, que seguro que pueden contarte montones de cosas más interesantes.
Yo, de lo que te quiero hablar hoy es de algo más parecido a mi "Perdido en el traslado": De erratas, confusiones y despistes que nos han legado algunas curiosidades literarias:
Durante cinco años, el "Webster's New International Dictionary" contenía una entrada para la palabra "dord", que no existe en inglés (Ni, por lo que sé, en ningún idioma). Según la definición del Webster's, "dord" sería un nombre usado en física y química que significaba "Densidad".
Para entender de donde salió esta palabra inexistente, tenemos que ver cómo se hacía un diccionario antes de que la informática facilitase las cosas.
Un diccionario no es más que un gran listado de palabras con sus definiciones. Como, para agregar una nueva, hay que hacerlo colocándola entre las que le corresponda, tener una lista y rehacerla cada vez que metas una palabra no es nada útil. De modo que se usa un fichero con cajoncitos etiquetados con la letra que le corresponda y, dentro de cada uno, fichas de cartón ordenadas con cada palabra y su definición. Para añadir una palabra nueva, se agrega en su cajoncito entre las fichas que corresponda. De este modo, además, muchas personas pueden trabajar sobre el mismo diccionario. Como te puedes imaginar, las fichas se escribían a mano.
Cuando los tipos del ""Webster's New International Dictionary" decidieron comenzar a meter abreviaturas, cometieron un pequeño desliz.
Alguien colocó, correctamente, una fichita indicando que la abreviatura "D" o "d" se usa en física y química para referirse a la densidad. Pero esto, escrito en inglés, daría una ficha con este aspecto:
D or d: (Phisics and Chem) Density.
Naturalmente, estaba escrito a mano.
Pero, cuando otra persona cogió la ficha para montar la página del diccionario, la leyó mal, juntó las palabras, y quedó algo parecido a esto:
Dord: (Phisics and Chem) Density.
Ya la habían liado. Tardaron cinco años en darse cuenta.
Pero "Dord" no es la errata más famosa de la tipografía inglesa, hay una bastante más antigua:
En la Inglaterra del siglo XVII, con la generalización de la imprenta, se cometió la que sería, probablemente, la errata más famosa de la historia: Un desliz tipográfico hizo que se "perdiera" una negación, convirtiendo el Exodo 20-14 en "cometerás adulterio".
También por esa época, dicen que hubo una Biblia que confundía a Jesús con Judas, aunque siento no tener ninguna referencia más exacta de ello, y podría ser una leyenda urbana.
Pero, más allá de las erratas, la Biblia abunda en errores de traducción, que se supone que es de lo que iba esto.
Dice, según nuestra traducción, Mateo 19,23-24:
Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Yo os aseguro que un rico difícilmente entrará en el Reino de los Cielos. Os lo repito, es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja, que el que un rico entre en el Reino de los Cielos.
Que tiene un sentido bastante claro: "O la pasta, o el cielo". Pero uno no puede dejar de preguntarse que a qué leches viene ese camello. Que los camellos no tienen nada de malo, oye. Pero que no acaba de encajar en el contexto.
El Nuevo testamento, por lo que sabemos, estaba escrito en griego koiné (que era el que se hablaba en Alejandría y el que estaba más extendido en esa época).
Dicen los que saben de estas cosas que, al parecer, cuando hicieron la traducción del griego del texto, alguien creyó leer la palabra kamelos (Que significa "camello") donde debía poner kamilos (Que significa algo así como "cuerda" o "maroma"), dando así lugar a la confusión que aún arrastramos, por lo que la frase de Mateo debería haber quedado más o menos así:
[...] es más fácil que una soga entre por el ojo de una aguja, que el que un rico entre en el Reino de los Cielos.
Como, a todos los efectos, resulta igualmente imposible meter tanto una maroma como un camello por el ojo de una aguja, la frese original tiene exactamente el mismo sentido de "Los ricos no van al cielo", aunque la alusión a la cuerda parece bastante más lógica que su versión camélida.
Lo de la traducción no es un problema exclusivo de la Biblia, claro.
Erasmo de Rotterdam, el humanista más famoso de nuestra vieja y sufrida Europa, fue un tipo que, entre otras cosas, escribió un libro titulado "Elogio de la locura". Si no te lees el libro, pero te suena de escucharlo (Y de que tienes un amigo con una beca Erasmus), lo primero que te imaginas es que Erasmo, que era un tipo muy sabio, habla en él de la "locura creadora" o alguna cosa parecida.
Algo así es lo que le ha pasado al autor de este artículo, en el que dice que:
La locura creativa está considerada como "una buena locura" o un "buen delirio" (así al menos se ha considerado en la antigüedad). Pensemos en el Elogio de la locura de Erasmo.
Pero no es el único. Este 2005, con lo del año del quijote y eso, se han prodigado los sesudos trabajos que tratan de explicar el quijote en esta línea, como este artículo, donde compara la locura de Don Quijote con el tipo de "locura" de la que habla Erasmo:
La duda que se plantea para los que hablan de la locura, incluso Erasmo, es dónde se encuentra la locura y dónde la razón. Pero en Erasmo la locura, como oradora, expone formas de demencia que quizás no eran evidentes para la sociedad, pero sí para ella, dueña del saber sobre el equilibrio mental.
Algo muy parecido se puede leer en esta página (PDF) del suplemento literario del periódico español "El País":
Leído a la luz de Erasmo [...] el Quijote recoge las lecciones del Elogio de la locura, obviamente, porque don Quijote pasa por ser loco pero a cada momento se muestra más cuerdo que nadie al grado de que su aventura relativiza los absolutos tanto de la lógica como de la imaginación, dándole su parte de razón a la locura de don Quijote y parte de su locura a la razón del mundo.
Pero Erasmo no habla de esto. Ni "locura creadora", ni "inspiración del artista" ni "relativización de la lógica". Nada de nada.
La palabra que usa Erasmo para referirse a la locura es "Estultitia", lo que en la edad media se consideraba una clase de "locura", pero una clase muy concreta y especial: La estulticia, la estupidez, la ignorancia.
Si hubiese querido referirse a la locura tal como la entendemos nosotros, habría usado la palabra "Insania", mucho más adecuada.
Para acabar de asegurarnos, el título original de su libro, que está en griego, es "Morias Enkómion", donde "Moria" de nuevo significa "Estulticia".
Porque el libro de Erasmo no habla de "Locura creadora" ni nada por el estilo. Erasmo de Roterdam, además de ser un tipo muy listo, también era un cachondo. Elogio de la locura es una broma irónica. Una crítica a su época (y, en realidad, a todas) donde da la palabra a la estulticia, que nos habla de cómo es ella la que domina el mundo, y cómo son los estúpidos los que tienen más éxito.
Si no quieres leerte el libro (que, por otro lado, es divertido) para comprobar lo que te digo, solo tienes que abrirlo por el inicio de su primer capítulo, donde los traductores suelen poner una nota al pié de la página explicando que conservan el título equivocado por tradición, pero que sería más correcto poner "Encomio de la Estulticia".
Si muchos de los sesudos intelectuales que hablan de este libro hubiesen leído sólo la primera página, se habrían ahorrado un buen patinazo.
Los romanos tenían un dicho:
Exceptio regulam probat.
Que significa, traducido lo más literalmente que puedo:
La excepción prueba la regla.
Que, supongo, te suena de algo.
En latín, como en español, el verbo "probo" (probar) se usa en dos sentidos distintos.
Uno es el sentido de demostrar algo, como cuando "se prueba" la culpabilidad del acusado.
El otro es el de "poner a prueba", como cuando "pruebas" la sopa o te "pruebas" un traje.
Ahora, seamos razonables.
Si tú tienes una regla como, por ejemplo, "Las rosas son rojas" y te encuentras con una rosa blanca (una excepción), sin duda pensarás que hay que revisar tu regla. O bien lo que has visto no es una rosa, o bien la regla es errónea, o bien tienes que matizarla...
Lo que no vas a pensar, si eres una persona sensata, es "Eh, mira, una rosa blanca, esto demuestra mi regla de que las rosas son rojas".
Lógicamente, lo que los romanos querían decir era que:
La excepción pone a prueba la regla.
Lo cual tiene bastante más sentido que la traducción que se ha extendido en nuestro idioma, que dice que:
La excepción confirma la regla.
Seamos serios: ¿Desde cuando ninguna excepción ha confirmado cualquier regla?
Hoy es domingo. Y los domingos no hay posts, que son para el asueto.
(La chica de la izquierda es obra de Hubert De Lartigue)
Hoy es domingo. Y los domingos no hay posts, que son para el asueto.
(La chica de la izquierda es obra de George Petty)
¡Sí!
Tú y yo sabíamos que iba a escribir este post.
Recién pasada la medianoche del 2005 al 2006 se inició una batallan mental que invocó energías que están más allá de la comprensión humana. Justo en el instante en el que veía cómo el guapo y elegante presentador de Canal 21 (de Granada) felicitaba el año a sus espectadores, la habitación comenzó a cargarse de estática, las burbujas de mi copa de sidra emitían radiación cherenkov y ectoplasmas con formas terroríficas apenas sugeridas brillaban en la atmósfera.
Si estuviste muy atento al reloj, seguramente pudiste apreciar pequeños arcos voltaicos en los extemos de las agujas.
Fué una batalla terrible pero, al fín, logré que el reloj marchara con el paso firme disciplinado de un guardia de la plaza roja.
O, dicho con menos literatura, que el reloj de la Puerta del sol no se paró.
De modo que puedo reclamar los laureles del vencedor y cantar victoria.
En serio: ¿Alguien pesaba que todo esto tenía el menor sentido?
Como se vé en la noticia de arriba, Carlos Santillana no ha supuesto, ni por un momento, que su fallo se deba a un oponente psiónico más poderoso (con seguridad, ni siquiera sabe de mi papel paranormal). Razonablemente, él supone lo que para considera más probable: El reloj fué manipulado.
Estoy de acuerdo con Santillana: Es mucho más razonable suponer un reloj manipulado que alguna causa paranormal.
Porque todo el mundo sabe (y es demostrable) que los relojes se pueden manipular. Pero, sin embargo, nadie ha podido jamás demostrar meridianamente la existencia de los pretendidos poderes mentales.
Es improbable que el reloj esté manipulado, es cierto. Pero es mucho más improblable que haya sido yo con mi mente el que le ha fastidiado la escena a Santillana.
Pero esto nos lleva a la siguiente consecuencia lógica. Existe una opción mucho más razonable: La de que la improblable manipulación no ha sido necesaria, porque la aún más improblable influencia mental de Carlos Santillana tampoco ha existido.
Pero, imaginemos un escenario paralelo, en el que el reloj se hubiese detenido. ¿Qué explicación le daríamos? ¿Qué hipótesis, de entre los ejemplos siguientes, te parece más razonable?
Veamoslas una a una:
Casualidad: Cierto, si el reloj, por casualidad, se detuviese en el momento y modo en q ue dijo Santillana, sería una casualidad realmente sorprendente. Casi increíble. Pero nota que las casualidades existen, y que nos topamos con ellas día a día.
Sabotaje: Con cuatro relojeros vigilando, y el despliege de seguridad que sin duda acompañaría al evento, es realmente difícil que alguien saboetease ese reloj. Pero sabemos que los sabotajes son posibles. Hay precedentes de sabotajes y, aunque improbable, el sabotaje es concebible.
Relojeros sobornados: Si el sabotaje es improbable, quizás Santillana habría sobormado a los relojeros. Tengo la convicción de que son unos señores muy honrados y competentes, y que no suelen aceptar sobornos para hacer mal su trabajo. Pero esas cosas ocurren. Hay gente que no es tan honrada y se conocen casos de soborno, incluso en asuntos mucho más serios que este.
Manipulación televisiva: Quizás el reloj no se hubiese detenido. Pero es posible que Santillana lograse que todas las cadenas que retransitían el evento falsificaran las imágenes para hacernos creer a todos (salvo a la mayoría de los que estaban en la misma plaza, claro) que sí lo había hecho. Si, ya. Es jodidamente improbable. Pero sabemos que es tecnicamente posible. Y, a veces, la televisión hace ese tipo de bromas.
Comando de ninjas gallegos: Los ninjas son una especie de espías y asesinos del japón medieval. Que yo tenga constancia, no existen ninjas gallegos. Auqnue si sé que el ninjutsu existe, y que es posible que un gallego, incluso varios de ellos, lo aprendan. Es cierto que sería muy raro. Pero sería posible instruir un grupo de gallegos en artes marciales, vestirlos ninja e infiltrarlos con esas técnicas. Si, ya lo sé. Yo tampoco lo creería.
Poderes mentales: Se puede demostrar la existencia de Las casualidades, lo sabotajes, los sobornos, la manipulación, incluso los ninjas. Todos existen y son comprobables, se pueden demostrar. El único ejemplo de esta lista que no se puede comprobar es este, el de los poderes mentales. Incluso hay personas que han dedicado y dedican su vida a su investigación (con más o menos seriedad). Pero hasta ahora no han podido demostrar nada.
Sí. No queda más remedio que admitir que incluso un comando de ninjas gallegos es más creíble que la existencia de poderes mentales.
De lo que se deduce que tamto Carlos Santillana como yo tenemos que aportar pruebas realmente sólidas antes de que podamos pedir que creas que tenemos (o simplemente que existen) esos misteriosos "poderes mentales"