Psicofonías

(algo así como el blog de Psicobyte)

Beta

Se supone que hace tiempo que debería haber quitado el cartelito de "BETA" que aparecía arriba a la derecha. Pero, como últimamente parece que no soy capaz de encajar un "if" con un "else" como dios manda (y ando lo bastante liado con otras cosas para no querer ver una línea de código cuando llego a casa), la cosa se está alargando. Así que te cuento los cambios que he hecho hasta ahora, y nos olvidamos del tema.

En su mayoría, solo afectan al funcionamiento interno, pero hay alguno que sí puedes ver.

Para empezar, ahora los permalinks, en lugar de ser tan herméticos como este:

http://www.psicobyte.com/?modo=permalink&codigo=20060314130613

Tienen nombres un poco más racionales, que se pueden recordar mucho más facilmente, y que pueden (quizás) dar una idea aproximada de lo que te vas a encontrar si sigues el enlace:

http://www.psicobyte.com/articulo/la_forma_de_la_tierra

Mucho más bonito ¿no?

Naturalmente, los permalinks antiguos siguen funcionando (las buenas URLs son las que no cambian).

Este cambio, además, le puede facilitar algo la tarea a los buscadores, porque aísla los posts de una manera más racional. Aunque, me temo, preveo que esto va a ser un golpe al pagerank de este blog (¿Apostamos algo?).

También he racionalizado un poco el resto de enlaces del blog (secciones, extras, etc). Igual que con los permalinks, los enlaces anteriores siguen funcionando.

He puesto una página de egorías y estadísticas, donde están los típicos enlaces a tenchnorati, las estadísticas de statcounter para este blog (que, tecnicamente, ya eran públicas, pero no estaban enlazadas en ningún sitio) y alguna cosilla más por el estilo, como los post mas leídos y así. Para quien sienta curiosidad.

También he modificado el blogroll de la derecha. Ahora los enlaces se extraen directamente de mi cuenta de bloglines, usando una versión de la PHP Bloglines API de la que ya te hablé, de modo que aparezcan todos los blogs a los que estoy subscrito (con la excepción de los que tengo en el apartado "Planet granada", que eran demasiados). El blogroll (que es, quizás, demasiado grande) se actualiza automáticamente cada tres horas aproximadamente.

Hay algunos otros cambios, como el que se puedan poner enlaces directos a un comentario y cosas así. Pero, a estas alturas, ya ni me acuerdo de qué cosas he modificado.

Quedan pendientes un montón de cosas (Como arreglar los malditos pingbacks, que fallan más que una escopeta de feria), pero me temo que me tomaré mi tiempo para hacerlos...

Hoy es miércoles

Debería hablarte de lo que he estado haciendo este puente de semana santa, de lo bién que lo he pasado (que ha sido mucho), de lo a gusto que he estado con los amigos (que también ha sido mucho), de las personas que he conocido y de alguna que otra curiosidad que he visto.

Pero mejor lo dejamos para otro día.

También tengo "en cola" varios de esos artículos largos y pesados con los que me gusta aburrirte de vez en cuando: Quisiera hablarte de Linneo, el hombre que puso nombre los seres vivos. O del abuelito Erasmus, que era un auténtico lunático. También quería hablarte de por qué los "chuchos" suelen estar más sanos que los perros de raza, o de cómo Binet, el tipo que inventó los test de CI, fué traicionado por sus propios herederos intelectuales.

Pero no hay manera.

Quizás debería escribirte uno de esos post breves y pretendidamente divertidos, o puede que alguna foto de bichos (Es primavera, y ya va faltando). O puede que algún enlace a un blog que hable de alguno de los temas que recorren el blguerío en este momento.

Pero el caso es que no puedo.

Me siento cansado, muy cansado. Pero no físicamente: Me temo que lo que tengo es un leve ataque de astenia primaveral.

No me malinterpretes. No es depresión, ni nada de tanta entidad. Sigo tan jovial y alegre (o tan sieso y malafollá, según versiones) como siempre. Es sólo una cierta lasitud (y laxitud) que hace que viva "a media marcha". Como si mi vida discurriera exactamente igual que siempre, pero sumergida en melaza: Todo tiene el mismo color y va mucho más despacio. No es nada serio pero, como te imaginarás, se resiente mi trabajo, se resiente mi vida privada y, lógicamente, se resiente este blog.

Es sólo cuestión de glándulas y química. Como en una gripe, hay días mejores y peores. Y como en una gripe, se pasará en unos días.

Pero, en este momento, lo único que deseo es recostar mi cabeza en el regazo de la dulce Li, y domir un par de miles de años.

PD: No puedo terminar esto sin recordarte que mañana empiezan en Granada las III Jornadas sobre bitácoras y medios de comunicación. Si puedes asistir te recomiendo que lo hagas. Yo no podré, por razones de trabajo, pero intentaré pasar, si me es posible, por la consiguiente kedada blogueril.

Mi mascota, claro

Hablaba el otro día con Kata y Xanatos de una de las más arraigas tradiciones blogueriles: La de poner un post con la foto de tu mascota.

Y me dí cuenta de que es algo que yo aún no he hecho, de modo que decidí solucionarlo.

Pero, como sabes, soy un tipo verborréico, y no podría limtarme a poner una foto sin más. Así que permíteme que te aburra un poco primero:

Darwin (I)

La popularización de la historia de la teoría de la evolución ha promovido, erróneamente, una especie de "Leyenda fundacional" completamente equivocada.

Esta consistiría en que, al llegar Charles Darwin a las islas Galápagos y ver la cantidad de variaciones sobre el tema "Pinzón" que habitaban allí, dijo algo así como "¡Coño! ¡Se me acaba de ocurrir una teoría de la evolución!".

Los pinzones de las galápagos son un precioso ejemplo de especiación a partir de una población ancestral, al adapatarse a distintos modos de vida y alimentación.

En realidad, cuando Darwin llegó a las Galápagos, ni siquiera supo reconocer a sus famosos pinzones como pertenecientes a la misma familia. Tras regresar a Inglaterra, Hizo falta que le echase una mano el más brillante ornitólogo inglés del momento, su amigo John Gould.

Gould

El mismo Gould había hecho sus propios viajes y descubierto montones de especies. Una de ellas, en Australia, fué el llamado "Pinzón de Gould" o "Diamante de Gould" (Que, en realidad, ya había descubierto poco antes un francés, pero dejemos ese tema).

Y es precisamente, uno de estos Pinzones de Gould el que te quiero presentar, y del que te pongo la foto que te decía:

Darwin, mi mascota

Darwin (II)

Y, te preguntarás. ¿A qué viene toda esa historia solo para poner la foto de un pájaro?

Para que entiendas por qué mi bonita mascota se llama Darwin.

Sí, ya lo sé. Soy bastante friki.

Filosofía vital

-Minino de Cheshire, ¿podrias decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí?

-Esto depende en gran parte del sitio al que quieras llegar -dijo el Gato.

-No me importa mucho el sitio... -dijo Alicia.

-Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes -dijo el Gato.

-... siempre que llegue a alguna parte -añadió Alicia como explicación.

-¡Oh, siempre llegarás a alguna parte -aseguró el Gato-, si caminas lo suficiente!

Por supuesto, de Alicia en el país de las maravillas.

De botellones y libros

Antes de nada, me sumo a la curiosa convocatoria ideada por Pandragoq:

REUNIÓN LECTORA GRANADINA

Desde aquí os invito a todos a reunirnos en los jardines del triunfo, a eso de las 12 de la mañana del Sábado 25. Traed un libro (o mejor 2, para el que no traiga), y símplemente sentaos en los jardines a leer.

La idea de esta reunión salta a la vista. En algunas ocasiones llego a plantearme el hecho de que quizá sea yo la única persona que prefiere una "tarde-con-libro" a una "noche-con-botella", y espero estar equivocado. Obviamente, nada impide que acompañeis vuestra lectura con una cerveza o una coca-cola, pero os pido que seais comedidos en ese aspecto.

Avisad a vuestros amigos lectores, haced eco de esta propuesta.

[Vía Arkangel]

La relación con los recientes botellones es inevitable, claro. Pandragoq sugiere una disyuntiva entre libros y botellas. Pero yo, que no soy muy aficionado (ni poco, en realidad) a la "noche-con-botella", no creo que sean cosas incompatibles.

Esta convocatoria no tendrá, ni por asomo, ninguna acogida comparable a los botellones. Seguro que alguien aprovecha esta circunstancia para hacer el consabido análisis de hábitos sociales juveniles en la línea "Borregos que prefieren emborracharse a leer".

Como hoy tengo el ánimo sociológico, y por puro afán de llevar la contraria, me adelanto a esa previsible crítica y le niego validez.

Tractatus Logico-Botellonicus

Los jóvenes no se van de botellón a emborracharse.

Igual que sus papás no van a los bares, (o pubs, o similares) a emborracharse. Habrá algunos que lo hagan, pero ese no es el objetivo de la inmensa mayoría de la gente que va a un bar, un pub o un botellón.

Lo queramos o nó, nos parezca feo o bonito, el consumo de alcohol están enraizado en lo más profundo de nuestra cultura. Simplemente nos resulta difícil imaginar una situación social que no esté regada por el alcohol: Si unos amigos te invitan a comer en su casa, lo elegante es llevar tú el vino. Si eres tú el que invita, ofreces una copa. Bodas, bautizos, comuniones. Un brindis para celebrarlo...

De hecho, beber en sí es una actividad social. La mayoría de la gente, simplemente, no bebe sola.

La gente va de botellón a conocer a otra gente, a relacionarse, a ligar. En nuestras sociedades urbanas, simplemente no sobran las oportunidades de conocer a otras personas.

Criticar a los jovenes del botellón por beber no tiene sentido, si no se incluye en esa crítica a toda la sociedad, que bebe en todas las circunstancias.

¿Y qué pasa con los libros?

Y, si el botellón tiene tanto éxito como situación de intracción social ¿Por qué la libro-quedada de Pandragoq no tendrá (ni podrá tener) el mismo éxito?

Por que leer no es, ni será jamás, una situación social.

La gente charla y bebe, ofrece de su copa, bromea, se relaciona mientras sostiene un vaso en la mano.

Pero leer un libro es todo lo contrario. Leer es algo estrictamente privado. El libro exige toda tu atención, no puedes conversar y leer a la vez.

Un bar puede ser un perfecto entorno de de "inmersión social", pero una biblioteca es, probablemente, el peor lugar para conocer gente (es posible que veas a gente en la biblioteca, pero los conocerás fuera).

Por otro lado, el que haya más personas leyendo a tu alrededor no aporta nada a tu lectura. No lees mejor por ello. Las asociaciones de lectores comentan sus lecturas en grupo, pero leen en solitario. Si leer en un "entorno social" no aporta nada ni a la lectura ni al aspecto social, jamás tendrá el éxito del botellón.

Una cita callejera para jugar al ajedrez tiedría más visos de funcionar que lo de la lectura, porque el ajedrez sí tiene un componente social: Puedes conocer gente mientras juegas, puedes jugar mientras conoces gente y necesitas gente para jugar.

La cita de Pandragoq es algo interesante que merece la pena, y una oportunidad para conocer a otros lectores y hablar de libros. Algunas personas leerán menos y hablarán más, y otras hablarán menos y leerán más (aunque sospecho que, en general, se leerá bastante poco). Pero no tendrá el éxito de un botellón, y nunca se convertirá en una costumbre.

Y no porque los jóvenes sean unos borrachos que prefieren beber a leer, si no porque leer y beber son cosas distintas, que se hacen en momentos distintos.

PPCMS 2022