Me lo advierte (muchas gracias) NatXoX en un comentario a este post y no doy crédito a lo que leo.
Resulta que un tal Javier Marín Ceballos, que, por lo visto, tiene una columna en el peródico La Verdad de Murcia, ha escrito un artículo al hilo de las manifestaciones "anti-gays" convocadas para el próximo sábado. Y al tipo en cuestión el artículo le han salido unos párrafos clavaditos a los de mi post sobre Matrimonio y católicos.
Si, si. Clavaditos. Iguales. Veamos cuanto se parecen:
Dice Psicobyte (o sea, yo):
Dice Javier Marín Ceballos:
El catolicismo no es una enfermedad. Los católicos, pese a que a muchos no les gusten o les parezcan extraños, son personas normales y deben poseer los mismos derechos que los demás, como si fueran, por ejemplo, informáticos u homosexuales.
Dice Psicobyte (o sea, yo):
Dice Javier Marín Ceballos:
Es cierto que muchos comportamientos católicos, como su actitud casi enfermiza hacia el sexo, o sus rituales exotéricos y misóginos, el recalcitrante rechazo a los preservativos en tiempos de sida o la insistencia en la exhibición pública de imágenes de torturados, pueden incomodar a algunos.
Dice Psicobyte (o sea, yo):
Pero esto, además de ser más una imagen mediática que una realidad, no es razón para impedirles el ejercicio del matrimonio.
Algunos podrían argumentar que un matrimonio entre católicos no es un matrimonio real, porque para ellos es un ritual y un precepto religioso ante su dios, en lugar de una unión entre dos personas. También, dado que los hijos fuera del matrimonio están gravemente condenados por la iglesia, algunos podrían considerar que permitir que los católicos se casen incrementará el número de matrimonios por "el qué dirán" o por la simple búsqueda de sexo (prohibido por su religión fuera del matrimonio), incrementando con ello la violencia en el hogar y las familias desestrucuturadas.
Dice Javier Marín Ceballos:
Pero esto, además de ser más forma que contenido, no es razón para impedirles el ejercicio del matrimonio. Algunos podrían argumentar que un matrimonio entre católicos es más un ritual y un precepto religioso que un compromiso (de cuerpo y alma) entre dos personas que se aman; y que ese mandato es tan imperativo y tan invariable que aumenta la violencia en el hogar y engendra familias infelices.
Dice Psicobyte (o sea, yo):
Pese a las opiniones de algunos y a los indicios, no hay pruebas evidentes de que unos padres católicos estén peor preparados para educar a un hijo, ni de que el ambiente religiosamente sesgado de un hogar católico sea una influencia negativa para el niño. Además, los tribunales de adopción juzgan cada caso individualmente, y es precisamente su labor determinar la idoneidad de los padres.
En definitiva, y pese a las opiniones de algunos sectores, creo que debería permitirseles también a los católicos tanto el matrimonio como la adopción.
Exactamente igual que a los informáticos y a los homosexuales.
Dice Javier Marín Ceballos:
En cuanto a la adopción, podemos responder que, si bien es cierto que los hijos de católicos tienen mucha mayor probabilidad de convertirse a su vez en católicos (al contrario que los homosexuales), son personas como los demás, y no hay evidencias de que estén peor preparados para educar a un hijo, ni de que el ambiente religiosamente tendencioso de un hogar católico sea una influencia negativa para el niño. Además, para eso están los lentos tribunales de adopción, que juzgan cada caso individualmente. En definitiva, desde esta columna defendemos que se les permita también a los católicos tanto el matrimonio como la adopción. Exactamente igual que a los homosexuales.
A la vista de las sorprendentes coincidencias ¿Que probabilidades hay de que a un blogero como yo se le ocurra un post y, posteriormente, a un periodista se lo ocurra el mismo texto?
Vamos a ver ¿Tan dificil se lo pongo al señor Javier Marín Ceballos?
Todo este blog está bajo una licencia Creative Commons al estilo CopyLeft.
Esta licencia permite a cualquiera, incluido el tal Javier Marín Ceballos, copiar mis post, modificarlos si quiere, usarlos de la forma que le parezca y publicarlos donde le dé la gana.
De hecho, le permite a cualquiera usarlos para ganar dinero, sin que tenga que darme ni un duro a mí. De hecho, no tiene ni que darme explicaciones.
¿Se puede poner más fácil?
Solo hay dos detalles que debe cumplir:
El primero es que la copia u obra derivada que haga a partir de mi post debe distribuirse según la msima licencia Reconocimiento-CompartirIgual que tengo yo.
Y el segundo es que está obligado a reconocer mi autoría o la parte de autoría que me corresponde.
A ver si nos enteramos: Si tú eres un periodista y no te apetece currarte un artículo, estás autorizado a copiar uno mío, colarselo a tu jefe, y cobrar por ello.
Pero, por lo menos, avisa de que es mío, y permíteme disfrutar del orgullo del autor y alguna que otra palmadita en el hombro.
Porque, ya que he liberado completamente los derechos de explotación, respeta al menos mis derechos de autor.
No es la primera vez que ocurre: Señores "profesionales" que copian contenidos de Internet saltándose a sus autores a la torera hace ya mucho que los hay. ¿Es tan difícil poner "Esto está copiado/basado/inspirado en lo que dijo tal tipo en tal blog"?
Parece que hay una especie de idea difusa entre los autores "tradicionales" de que los que publicamos en Internet somos algún tipo de "categoría inferior" por el simple hecho de hacerlo, y que no meremos el mínimo respeto que merecen ellos.
Si el tal Javier Marín Ceballos hubiese hecho esto mismo con un artículo de otro periodista, escritor o similar, se habría liado una trifulca de cuidado, se le habría dado un montón de publicidad, y se le habría obligado a pedir disculpas por escrito.
Pero es que no habría llegado a darse esa situación, porque al señor Javier Marín Ceballos no se le habría ocurrido plagiar a uno de ellos.
Pero, claro, yo no soy uno de ellos.
Qué pensaría este tipo si le plagiaran a él?
Agradecimientos:
En lo que yo he tardado en escribir esto (y en borrar los soeces insultos que contenía), ya han escrito posts de apoyo algunos blogeros cercanos. Muchas gracias a:
Vale. Esto no es "Circo Mundial", y no tenemos ligre ni grelión, pero no deja de ser un circo de lo más variopinto:
Aquí podrás ver dinosaurios hablando con candidatos.
Contemplarás asombrado geeks junto a feministas.
Podrás elegir entre la lluvia de Bélgica o el sol de Málaga.
Conocerás programadores y desprogramadores.
Departirás con madres y padres.
Descubrirás expertos en routers y aficionadas a todo.
Tenemos incluso representantes del CSIC y ¡Mira! ¡un mono con tres cabezas!
Todo esto y mucho más el sábado que viene a las ocho de la tarde, con motivo de la I Chana Tapas y Blogs.
Para saber más y apuntarte al circo este, pásate por el blog de la kedada.