Psicofonías

(algo así como el blog de Psicobyte)

Agosto (demasiado) tranquilo

Parece inevitable que, por estas fechas, los blogueros nos pongamos en modo "redacción escolar" y aburramos al prójimo con los detalles de nuestras respectivas actividades estivales.

Siguiendo el sabio consejo de algunos que, en los comentarios al post anterior, me han advertido que sea prudente con el relato de mis vacaciones, trataré de ser breve (cosa que, como sabes, va en contra de mi verborréica naturaleza).

En cualquier caso, te aseguro para tu tranquilidad que este no es un post de "Yo me lo he pasado muy bién y tú no".

He pasado el verano en estrecha convivencia, minuto a minuto, con Li, haciendo fundamentalmente nada.

Me explico: Teníamos bastantes planes (aunque muy indefinidos), para visitar Lisboa (Una de las ciudades más hermosas que conozco), para viajar unos días a Coruña (Adoro Galicia, y tengo un "algo" personal con ir a visitar su acuario), o regresar a Asturias (Li necesita nadar en el Sella).

Pero, al final, por diversos motivos que no quiero relatar ahora (quizás otro día), hemos tenido que permanecer varados en Granada.

Nuestra intención habría sido aprovechar la circunstancia para hacer algunas salidas y escapadas de fin de semana con los amigos pero, cada uno por su propios motivos, ya tenían suficientes planes y ocupaciones. De modo que nos las hemos tenido que apañar solos.

Varias bajadas a las playas granadinas podrían haber aplacado las ansias de mar de Li, si no fuera por la confluencia de algunos detalles incómodos:

  1. A Li no le gusta nadar sola, y a mí no me gusta nadar en absoluto.
  2. Lo que iban a ser baños se tornó en cacería de medusas que, como parce que ya han comentado muchos blogueros granadinos, ha sido una actividad casi constante este veranos en nustras costas.

Aún así, hemos visitado varias playas en Almuñecar, Almería, Salobreña y no sé cuantos sitios más.

Esto completado con alguna escapada al campo y los pocos entretenimientos de los que provee el agosto granadino, redondea un agosto más relajado de lo que hubiese esperado (y deseado).

Pero, al menos, hemos descansado, que se supone que es lo que hay que hacer en vacaciones.

Uno de los objetivos estivales que si he cumplido ha sido el de alejarme completamente del ordenador: No he leído este blog ni ningún otro, y el único post que he publicado aquí este agosto ha sido el alusivo a mi cumpleaños, que ya estaba "pregrabado" antes de marcharme.

Entiéndelo: Necesitaba un descanso.

Regresando

¡Ostras! ¡Cómo está el blog de polvo!

Aquí va a haber que limpiar a fondo, y la base de datos se ha descolgado un poco de su marco.

Por suerte no ha habido ninguna plaga de trolls en mi ausencia, y parece que no se ha acumulado mucho spam.

En fín: Dame un poco de tiempo mientras adecento esto y me adapto otra vez a la vida cotidiana.

Para bién o para mal, ya estoy de vuelta.

El bazar

Kin Shi Huang (el nombre es inventado) es uno de esos inmigrantes chinos que, contra toda probabilidad, han acabado en Granada.

Salvo por los cuatro o cinco términos más habituales, su dominio del idioma de su patria adoptiva es francamente malo. A pesar de ello, Kin Shi Huang es un tipo inteligente, y se maneja bastante bién en este país.

Cuando Kin Shi Huang decidió montar un negocio no tuvo demasiadas dudas sobre a qué se iba a dedicar. La comunidad china en esta ciudad tiene una considerable experiencia en ese tipo de tiendas que ofrecen cualquier cosa imaginable (y alguna inimaginable) a precios ridículos (Cuando usábamos pesetas se llamaban tiendas de "todoacién", pero la llegada del Euro complicó notablemente la nomenclatura). La experiencia es un grado, y conocer los canales de distribución y esas cosas facilita mucho el trabajo. Además, habida cuenta del problema idiomático, siempre es mejor tener que negociar con aguien que comparta tu lengua.

Juan Carlos (el nombre también es inventado) es rotulista y Granadino (bueno, en realidad, nació en Lanjarón, en la Alpujarra granadina). Hace cosa de treinta años que se dedica a esto de pintar carteles, anuncios y rótulos. Antes fué ayudante de rotulista y, antes incluso, aprendiz de rotulista. Está muy orgulloso de su trabajo. Sobre todo del rótulo de un prostíbulo que hizo un día que estaba especialmente inspiardo, decorado con siluetas de mujeres desnudas que había copiado de una película de James Bond (le dijeron que incluso un concejal alabó su trabajo).

Kin Shi Huang quería para su tienda un nombre exótico, que tuviese el aroma de la ruta de la seda, el sonido del puerto de Shangai, los colores del mercado de Macao (dode se puede compar desde una taza para el té a un filtro de amor).

Juan Carlos puede estar también orugulloso de su trato a los clientes. Se amolda a su gusto y su presupuesto con la flexibilidad de un guerrillero, y sabe captar al instante qué es lo que un comerciante quier ver en su fachada. El único problema que suele tener es que se lía bastante con las ces, las eses y las zetas: Juan Carlos cecea con ese peculiar acento alpujarreño y, en Granada, normalmente, la gente sesea. Tiene que tener mucho cuidado con eso, como el día que puso "Artículos de casa", en lugar de "Artículos de caza. El tipo se cabreó bastante (y Juan Carlos, en el fondo de su mente, le dió la razón).

"Bazar". El nombre comenzaría con "Bazar". Eso siempre suena muy exótico.

Kin Shi Huang barajó montones de nombres, y al final se quedó con uno que le pareció perfecto: Su tienda se llamaría "Bazar el rincón oriental". Le encantó como sonaba.

Pero ahora están Kin Shi Huang y Juan Carlos frente a frente, y ambos hacen verdaderos esfuerzos para entenderse:

Cuando Juan Carlos ha preguntado, por enésima vez "¿Como ice usté que quiere decí?", Kin Shi Huang, haciendo acopio de toda su dicción hipánica, ha respondido separando y definiendo las sílabas hasta que casi podían verse brillar en el aire: "E nombre que io quero que ponga es "bazá e rincón orintal". La cosa era peliaguda, pero tras una hora de difícil conversación, han llegado a un acuerdo. Juan Carlos, sin mucha convicción, ha escrito el nombre en una hoja de papel, y Kin Shi Huang, tampoco demasiado convencido, se ha mostrado satisfecho.

Un par de días más tarde, el predecible resultado resplandece sobre la fachada del Bazar de Kin Shi Huang:

Bazar El Rinconorinta

Cosas que pasan.

Aviso a navegantes: El bazar y su nombre existen realmente (no es Photoshop ni nada de eso). Todo lo demás es fruto de mi mente perturbada: Paso por ahí a menudo, y el nombre sugiere que hay una historia de barreras idimáticas detrás...

Sirenas urbanas

Un sábado de julio por la tarde en Granada puede ser tremendamente caluroso.

Si, además, vais cuatro personas en un coche (que ha estado aparcado al sol) sin aire acondicionado, la palabra "sofocante" no llega a describir en toda su extensión la sensación que tienes.

Afortunadamente, Granada dispone de diversas instalaciones públicas tan decorativas como prácticas que, pese a no estar expresamente concebidas para estos fines, sí pueden ser efectivamente aplicadas al uso veraniego. Para recuperar espacios ciudadanos de una forma agradable y refrescante, solo hay que seguir los siguientes pasos:

Refrescarse en granada [1]

Escoje una fuente pública lo más amplia posible con agua limpia y, a ser posible, que esté en circulación.

En la rotonda que hay cerca del palacio de deportes (sí, justo al lado de la comisaría), hay una que resulta ideal para estos menesteres.

Combatiendo el calor de Granada [1]

Refrescarse en granada [2]

Deshazte de teléfonos móviles y cualquier otro aparato electrónico o que pueda verse afectado por el agua.

Quitate el calzado y cualquier exceso de ropa que pueda resultarte incómodo (cada uno elige el punto medio entre su comodidad y su pudor).

Combatiendo el calor de Granada [2]

Refrescarse en granada [3]

Mojate, que para eso hemos venido.

Combatiendo el calor de Granada [3]

Refrescarse en granada [4]

Si, además, vas aconpañado de tres deliciosas sirenas urbanas tan hermosas como Y, Li, y la rubia, puedes añadir el goce estético a la ya de por sí agradable situación.

Combatiendo el calor de Granada [4]

Refrescarse en granada [5]

Cuando ya esteis hartos de agua, será conveniente buscar un sitio soleado donde secarse al sol y la brisa de la tarde.

Combatiendo el calor de Granada [5]

Pero, sobre todo, lo más importante es que todo esto sea improvisado y espontáneo.

Granada, en verano, puede ser un infierno. Pero también tiene sus cosas buenas, sobre todo si estás bién acompañado.

Fotos de bichos

Llega el verano. Y con él el buén tiempo y las salidas al campo.

Lo cual quiere decir que empiezan a aparecer en este blog las invitables fotos de bichos.

Hace un par de fines de semana pasé la mañana con w en Sierra nevada, y cazamos (fotográficamente, se entiende) algunos ejemplares más o menos interesantes. Aquí tienes alguno de ellos:

Todas las fotografías que puedes ver a continuación están tomadas entre los 2500 y 2800 metros de altitud.

Un insecto

Eumigus rubioi

Eumigus rubioi es un saltamontes endémico de Sierra Nevada, lo que quiere decir que no lo puedes encontrar en ningún otro sitio del mundo. Este es un ejemplar pequeño (de unos dos centímetros y medio), aunque puede crecer más (y, sobre todo, engordar más). Pese a que es capaz de saltar lo suficiente para poner nervioso a cualquier fotógrafo aficionado, sus alas se han reducido como una adpatación al frío, y no puede volar.

Una planta

Plantago radicata granatensis

La plantita de delante es una Plantago radicata granatensis, subespecie también endemica de por aqui. Lo de detrás es el pié de w.

Un mamífero

Capra pyrenaica

En torno a los años cicuenta, la Cabra Montés (Capra pyrenaica) estuvo a punto de desaparecer de la sierra (en realidad, de toda la península), pero la población se ha recuperado de modo que no es raro verlas. Además, al estar protegidas, no son demasiado desconfiadas y te permiten acercarte bastante a ellas.

Un reptil

Podarcis hispanica

Lagartija Ibérica (Podarcis hispanica) sobre un tronco. (La foto es de w)

PPCMS 2022