Como anoche aún estaba un poco tocado por el resfriado, me tocó quedarme en casa.
Y, para pasar un rato entretenido en casa, nada mejor que estrenar (Junto con Li, Campanilla y Opik: Unos pistoleros realmente duros.) el "Bang!", ese juego de cartas que tenía preparado esperando su momento.
Con todos los textos en inglés e italiano, como corresponde a un "spaghetti western", este juego de cartas no coleccionables es simple y bastante rápido (al contrario que, por ejemplo, el Munchkin, que a veces es insufriblemente largo...)
Pueden jugar de cuatro a siete jugadores (Mínimo: Un Sheriff, dos forajidos y un renegado) a partir de los doce años, y las reglas parecen promover el juego en equipo y las alinazas, aunque sean temporales.
El objetivo del juego para cada jugador depende del rol que le haya tocado:
La dificultad estriba en que, salvo el sheriff, todos los roles permanencen en secreto. De modo que no sabes exactamente a quién te estás enfrentando en cada momento.
Además de un rol, tienes un personaje (Calamity Jane o Billy el Niño, por ejemplo) cada uno con tres o cuatro "vidas" y alguna habilidad o capacidad especial, para darle más variedad al asunto.
Básicamente, el juego consiste en disparar a los oponentes (con la carta Bang!) que tengas al alcance de tus armas (la distancia se mide en función de la posición de los jugadores en la mesa), mientras evitas sus balas (con la carta Mancatto), y en tomarte una cerveza de vez en cuando para recuperar la salud.
Algunas cartas especiales (Saloon, los Indios, Dinamita, Barril...) le dan su poquito de variedad y un toque "spaghetti western" la mar de divertido.
Su principal defecto es que cuando mueres estás muerto (Algo bastante natural, por otro lado). Lo que significa que lo único que puedes hacer cuando mueres es esperar a que los demás acaben de jugar. Pero, al menos, como he te comentado más arriba, las partidas son bastante rápidas.
En defintiva: Un juego divertido (muy divertido) y con reglas fáciles, perfecto para "explicar y jugar", sin tener que pasar horas detallando el reglamento.
Mira tu oponente a los ojos mientras juegas la carta de "Duelo":
- Uno de los dos sobra en esta ciudad, Sheriff. Mañana al amanecer, frente al Saloon.
- Veremos quién es más rápido, forastero.
Me niego a poner banners, ni adSenses ni esas leches en mi blog. Me niego a poner publicidad aquí...
Excepto cuando yo quiera publicitar algo:
Un conocido se ha metido en el siempre arriesgado negocio de montar un "Pub", concretamente de esos que lo mismo te ponen un café a medida tarde que te sirven copas a altas horas de la noche.
La idea, en principio, no es original (y menos en Granada, donde abundan), pero es que este sitio tiene algunos detalles que le hacen distinguirse del resto.
El primero, que yo considero un defecto pero que la gente suele apreciar, es que tiene una gran pantalla con un proyector para poner, los días que toque, el partido de futbol de rigor.
El segundo es que tiene una colección bastante decente de todos esos juegos "raros" que ya he comentado alguna vez que me gustan (Munchkin, Carcassonne, Colonos de Catán, etc..).
El tercero, y que puede ser muy interesante de cara a futuras kedadas granadinas, es que tiene WiFi (Guaifai, también conocida como Güirelés) pública, abierta y, según me cuentan, funcionando.
El sitio en cuestión se llama "Musik-7", y está en el número seis de la calle Rector García Duarte (Cerca de ese templo del kistch conocido como "Rincón de Michael Landon").
Si vais por allí no olvideis decir que vais de parte del Psicobyte. No os harán ninguna rebaja por ello pero, si llega mucha gente diciendo lo mismo, a lo mejor a mí me invitan a una copilla...
Ayer, al escribir el post sobre "El Misterio de la abadía me dí cuenta de que aún no te había hablado del Carcassonne, y eso que hace ya tiempo que te lo había prometido. Con este post saldo mi deuda contigo.
Carcassonne es un juego bastante original. El tablero se va montando durante la partida al colocar, cada jugador en su turno, unas piezas cuadradas haciendo que sus laterales encajen con las anejas. De este modo se van construyendo campos, caminos, ciudades y claustros.
Además, un jugador puede colocar una ficha (seguidor) en algún lugar de la pieza que ha colocado, para "apropiarse" de parte del territorio resultante.
Hay que pensarse muy bién dónde se colocan los seguidores, porque su número es limitado (7) y la puntiación se asigna en función de las áreas que domine cada jugador, según el tamaño de los caminos y ciudades, el área de influencia de los claustros, y las ciudades próximas a los campos que haya al final del juego.
Un juego para entre dos y cinco jugadores (de a partir de diez años, según dice la caja), con reglas muy simples, pero que tiene un componente de estrategia realmente interesante.
Ya sabes que me gusta, de vez en cuando, probar juegos un tanto "diferentes". O sea, casi prácticamente todo aquello que se salga del poker, el trivial, y la oca.
Una de las últimas adquisiciones (y que ya ha comentado, no muy positivamente, el Arkangel) ha sido "El misterio de la abadía" (Pueden participar de tres a seis personas, el juego gana en duración y dificultad con el número de jugadores).
Basado, según dicen, en el viejo videojuego "La abadía del Crimen" (Y, por tanto, en "El nombre de la rosa"), me temo que no cumplió todas las espectativas que teníamos. Pero no deja de ser un juego interesante.
La mecánica es bastante parecida a la del viejo y fiel "Cluedo", en la que hay que descubrir, por eliminación, qué carta ha sido retirada de un mazo de personajes. También se pueden hacer, llegado el caso, acuasciones "parciales" del tipo "El asesino tiene barba" o "Es un franciscano", que sumarán puntos, de ser ciertas, al final de la partida.
Las reglas son bastante simples (y están disponibles para descargar) y permiten hacer preguntas a otros jugadores (que pueden apelar al voto de silencio) o usar libros del la misteriosa biblioteca para hacer descubrimientos...
A esto le agregamos una mecánica bastante curiosa, en la que los turnos se separan en horas medievales (Maitines, Laudes...) entre las cuales hay que ejecutar lo que determine una carta de evento (Mostrar a los demás alguna carta de un tipo determinado, o hablar durante el siguiente turno en "Cantos gregorianos") y tenemos un juego, pese a su "vieja" mecánica, bastante original y entretenido.
La caja dice que es para jugadores a partir de ocho años y, ciertamente, es un juego quizás más adecuado para niños.
En particular, creo que es un juego "familar", ideal para padres que quieran jugar con los críos. Simple pero con muchas posibilidades y con intervalos muy divertidos (Y, además, hay una campanita que hace falta tocar al inicio de cada "hora" ;o) ).
En definitiva: Comprádselo a los niños por navidad para jugar con ellos, pero para vosotros buscad mejor un Conquistadores de Catán o un Munchkin.
Ya lo decían los de "Coz" allá por el 81:
[...]
Ellas suelen llevar el timón
Y hacer astillas tu pobre corazón
Y si ves el mundo girar
Es porque las muñecas
Han puesto la cadera a funcionarLas chicas tienen algo especial
Las chicas son guerreras
Desde la más cursi
A la tía más legal
Las chicas son guerrerasUh. Ah. Las chicas son guerreras.
[...]
Aunque hay que admitir que, en esta foto, Amaya mueve más a la risa que al miedo.
Si, he dicho Amaya.
Esa.
(Y luego se queja de que no sale en el bog...)
Por cierto, que tengo el deber de informar que no tiene novio ni similar, aunque me temo que es una chica, además de guerrera, muy exigente...