Psicofonías

(algo así como el blog de Psicobyte)

¡Atrapado!

Casi me atrapan

Me dirigía al trabajo cuando, al doblar una esquina, los he visto. Estaban esperándome, en la siguiente esquina.

Como siempre, eran dos. Sus impecables trajes, su perfecta corbata negra, sus idénticos maletines oscuros...

No había confusión posible: eran ellos.

Me han visto. Como un solo hombre se ha girado hacia mí. Mirándome fijamente, avanzaban con paso seguro y esa sonrisa del que sabe que su víctima no tiene escapatoria.

Rapidamente he mirado a mi alrededor: ¡Necesitaba una salida! Pero ellos me cortaban el avance, y ni soñar con tratar de salir corriendo...

Yo seguía avanzando, y ellos se aproximaban más a mí. Ya los tenía casi encima cuando, en el momento justo en que uno de ellos extendía su brazo intentando detenerme, he actuado.

Todo ha ocurrido en unos eternos segundos de Bullet-Time

Las pulsaciones de mi corazón retumbaban fuertemente en mis tímpanos: Bum.

El ha intentado, con suavidad pero con firmeza, tomar mi brazo.

Bum.

Yo he girado sobre mí mismo para esquivarlo.

Bum.

En ese momento un camión atravesaba la calle desde detrás de ellos.

Bum.

He aprovechado el impulso de mi giro incial para saltar, sobre un pié, hacia la carretera. delante del camión.

Bum.

Ellos se han girado, siguiendo mi movimiento, sorprendidos de mi velocidad de reacción.

Bum.

El camión continuaba su curso hacia mí. Casi estaba encima mío.

Bum.

En ese momento, he saltado a la acera, al otro lado de la calle.

Bum.

Y, aprovechando que el camión se interponía entre ellos y yo, he huido por un callejón lateral.

Ha sido dificil. Ha faltado muy poco. Pero he logrado escapar.

No debería haber bajado la guardia: Pueden estar en cualquier parte, pueden surgir en cualquier callejón. Están ahí fuera, acechando.

Estoy francamente harto de los Mormones.

¡Hackeado!

Esta mañana, este blog solo contenía una página en blanco con el siguiente texto:

haxored by TechTeaM. kill the bastards.. techteam@myself.com

¡Joder! ¡Me han hackeado!

Mi primer paso ha sido asustarme: No sabía que daños habían causado realmente, ni si habían cambiado mis claves de acceso...

Los daños eran menores: Solo habían sobreescrito los archivos del tipo index.*, no habían modificado claves, y yo tenía un backup.

Lo serio es que habían sobreescrito todos los index, lo que significa que todas las webs de psicobyte.com estaban fastidiadas: Edición Extremadamente Simple de HTML, Spanish LAMER Web page, mi Página Personal, y varias más que no estaban en uso o simplemente eran "de pruebas".

El segundo paso ha sido preocuparme: Con tantos scripts en Perl y PHP como tengo por aquí, ¿Tendré algún agujero de seguridad?

Pero no parecía tener ninguno (al menos, ninguno que de lugar a este tipo de ataque).

El caso es que, investigando un poco, he visto que, al parecer, este ataque afecta a todas las cuentas hospedadas en mi servidor.

Por lo que he visto y deducido, los atacantes han conseguido introducir un script en el servidor que, sobre las tres y media GMT se ha dedicado a explorar el arbol de directorios de esa máquina y reemplazar el texto de todos los index por el cartelito de arriba.

Por supuesto he avisado al "servicio técnico" de mi hosting, pero aún no he recibido respuesta.

He arreglado los daños (aunque tengo vecinos de hosting que aún no lo han hecho), pero no sé si los del hosting siquiera se han enterado de todo esto.

Estoy cabreado, pero no con los hackers, sino con los del servicio tecnico.

Ya te contaré si hay novedades.

Los hombres no lloran

A veces, la presión del simple vivir aumenta sin que te des cuenta.

Supongo que le pasa a todo el mundo cuando, poco a poco, vas descubriendo que no sabes quién eres, ni quién quieres ser.

Sin niguna razón concreta, ninguna tragedia, ninguna amenaza. Solo el discurrir de días sin sentido.

Y tú sigues llevando tu vida de moderada felicidad, tratando de parecer una persona normal, mientras la presión sigue creciendo ahí dentro.

Entonces es cuando empiezas a ser peligroso para la salud de los demás. Si alguien te pregunta "¿Como estas?" en este estado, es posible que le estrangules o le grites o, lo que es peor, le cuentes cómo estás.

Pero, si eres un ser civilizado, aguantas, sonríes y respondes con un "bién, gracias ¿y tú?". Pero los días siguen pasando, idénticos como las celdas de una prisión, pesados como un ejército de apisonadoras, irritantes como cuchillas sobre un cristal.

Y un día un pequeño detalle sin importancia te da el tiro de gracia.

Confundes la sal con el azucar, o no encuentras las llaves, o rompes un jarrón, o te araña el gato...

Y lloras.

Y, con suerte, no hay nadie cerca para decirte que "no es para tanto" o "solo es un jarrón".

La parte buena es que ya has tocado fondo: Desde aquí solo puedes salir hacia arriba.

Espíritu invernal

El invierno es frío, gris y solitario.

La luz, filtrada por tristes nubes oscuras, ha perdido toda la vida y, en lugar de acariciar la vista y dibujar sombras, mancha las calles de tonos apagados.

El frío corta el aliento y obliga a la gente a esconderse bajo capas y capas de ropa, los movimientos se hacen cansados, los gestos son lentos, las expresiones se atenúan y todos parecemos hablar en susurros.

El invierno incrusta sus raices en el alma y la ahoga, congelándola de apatía, absorbiendo las brasas de vitalidad, dejando solo cenizas mojadas.

A veces, parece que el invierno no va a acabar nunca, que en adelante la ciudad será siempre ese estrecho espacio acotado entre el cielo de plomo y el plomo del asfalto.

Pero, al final, todos los inviernos pasan. Aunque algunos tarden más que otros.

Y algunos son muy largos.

V. ya es soldado

La V. se nos va a ir.

Ella, que es "más punky que to las cosas" y más bolchevique que el tío rojo de Trotsky, se va al ejercito, previsiblemente a conducir un tanque, que es un chisme grande blindado y que sirve, fundamentalmente, para matar gente.

Esto, con todo lo chungo que es de por sí, no es lo peor.

Porque ella ha pensado lo que quiere o nó hacer, lo que necesita y lo que puede conseguir, y su decisión es suya y solo suya.

Si ella quiere defender la integridad de la patria o dedicarse a intervenciones humanitarias nosotros, aunque nos pese, estamos con ella. Sin dudarlo.

Y sabemos que la decisión no ha sido fácil y que tiene sus razones para hacerlo.

Lo malo de verdad es que se vá, presumiblemente, a Zaragoza. Y no es que tengamos nada en contra de Zaragoza ni los maños. Es que eso está muy lejos.

Y la vamos a echar de menos.

Mucho.

Porque, a pesar de todo, nos cae bién.

Pero, para que nadie diga que me pongo sensiblero, añado un par de notas dedicadas expresamente a la V. para su disfrute personal:

Mira, mona: El verde quaqui te sienta fatal. Mucho mejor el rojo o el azul.

Mira, republicana: El Rey de España, Don Juan Carlos Alfonso Víctor María de Borbón y Borbón-Dos Sicilias es ahora tu jefe.

Mira, dormilona: Ahora vas a ver lo que es despertarse a toque de corneta.

Y ya, para acabar mi arenga antimilitar:

Seguramente no te acordarás de un comentario que una vez te hice, sobre un párrafo de La Internacional que los comunistas acabaron censurando.

Si algún día te ves en la tesitura de tener que apuntar a alguien con el chisme ese, acuerdate del quinto párrafo de la versión original de La Internacional:

Los reyes nos embriagaban con sus vanidades,
paz entre nosotros, guerra a los tiranos.
Apliquemos la huelga a los ejércitos,
¡culata al aire y rompamos filas!
Si se obstinan esos caníbales
en hacer de nosotros héroes,
pronto sabrán que nuestras balas
son para nuestros propios generales.

Y, por cierto: ¡Cuadrese, soldado!

PPCMS 2022