Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación. Todo lo poseíamos, pero no teníamos nada; caminábamos en derechura al cielo y nos extraviábamos por el camino opuesto.
(De Historia de dos ciudades, de Charles Dickens)
Nací en el año 1973. Lo que implica que el 1980 me pilló cumpliendo siete años, y en el 1989 cumplí dieciesis.
Esto quiere decir que la fase más delicada de mi existencia, los años más críticos de mi educación, cuando mi desarrollo físico e intelectual se lo jugaban todo, transcurrió durante la década de los ochenta.
Así he salido como he salido.
¿Que no lo entiendes?
Habrá quien te diga que los ochenta fueron "la primavera de la esperanza", y otros que argumenten que se trató de "el invierno de la desesperación". La verdad debe estar en algún punto a medio camino. O en otro sitio.
EN cualquier caso, los ochenta son una década que siempre debería permanecer por siempre en nuestro recuerdo.
Porque "los pueblos que olvidan su pasado están condenados a repetirlo".
¿Que sigues sin entenderme?
Veamoslo con una pequeña selección musical (casi al azar), año por año:
"Horror en el Hipermercado" (Alaska y los Pegamoides). (Me hubiera gustado poner el video, pero solo hay un fragmento).
Sí, esa niña es Alaska.
"Video Killed the Radio Star" (Buggles).
En los ochenta se cuidaba mucho la estética.
"La estatua del jardín botánico" (Radio Futura).
Persiguiendo un enigma al compás de las horas.
"Relax" (Frankie Goes to Hollywood).
En tres palabras: Gay, fetichista, kistch.
"Miña terra galega" (Sinestro total).
Y que le den por saco a Alabama.
"Yo quiero verte danzar" (Franco Battiato).
Al que había que verlo danzar era a él.
"El ataque de la chica cocodrilo" (Hombres G).
Los reyes del pijerío de todos los tiempos.
"Eloise" (Tino Casal). (El video es una versión posterior, pero no he encontrado uno original...)
¡El gritito! ¡Ese gritito!
"Mi Agüita Amarilla" (Toreros Muertos).
Educativos.
"Locomia" (Locomia).
Sin comentarios.
Es una selección subjetiva, y sin mayores pretensiones, de las que me han ido viniendo a la mente a la hora de escribir esto. Seguro que, si esa década está también en tu pasado personal, tendrás otra selección igualmente ecléctica...
Pero el caso es que soy hijo de "eso". Ahora mismo hay ahí fuera toda una generación como yó, para lo bueno y para lo malo.
¿Cuatro años han pasado ya?
Pero si no ha pasado tanto tiempo...
Soy consciente de que no suena bién decirlo de este modo y de que se me puede tachar (probablemente con razón) de frívolo.
Pero, a pesar de las circunstancias y a pesar de los pesares, este cuarto aniversario a mí me trae también algunos buenos recuerdos.
Y ni me da vergüenza ni ná...
Verás: Soy un currito de los de cinco días a la semana, con pausa de fin de semana para no hacer nada. Un programador "mediocre tirando pabajo" que bien podría estar trabajando en cualquier otra cosa. Me gustan los bichos, leer, salir de cervecitas, charlar con los amigos, quedar para el café de los domingos, ver una película de vez en cuando y, sobre todo, estar metido en la cama (si es con Li, mejor).
Me jode que la adolescente que vive en el piso de al lado comparta sus gustos musicales conmigo y detesto los hospitales.
O sea, que soy un tipo normal, quizás algo más aburrido que el promedio. Con mis peculiaridades, que todo el mundo es distinto, claro. Pero con una especie de marca en el currículum existencial que dice "Nada que destacar".
Antes yo pensaba que esto del bloguerío era como una corrala de vecinas. Un grupo de gente bastante vulgar que, en lugar de dar la paliza a los colegas en la cafetería o el bar, lo hacíamos en Internet.
La cosa no tiene más que ventajas: En la cafetería o el bar los contertulios tienen pocas oportunidades de huir de una conversación aburrida, mientras que en Internet sólo te lee el que quiere hacerlo.
Pero, poco a poco, creo haber ido notando una especie de "profesionalización" de los blogeros. Cada vez hay más gente que parece vivir de esto o de algo relacionado con esto.
Y no me parece mal, no me malinterpretes. Ojalá todo el mundo pudiese vivir de lo que le gusta. En particular, ganarse las lentejas con algo tan cómodo como escribir alguna tontería de vez en cuando es algo que, en principio, suena estupendamente. Lo que pasa es que me parece algo así como los pajilleros profesionales: No dudo de que es posible que haya mercado para ello y, si alguien consigue ganarse la vida masturbándose, me alegro por él. Pero, en mi opinión, eso le quita la gracia al asunto.
De modo que si la gente quiere poner baners en sus blogs, hacer publicidad más o menos descarada o venderte algo directamente, me parece bien. Incluso si les da por venderte sus productos "de tapadillo". Cada cual, en su blog, que se lo monte como quiera, y que se las apañe con sus lectores. Un blog es un sistema tan válido para hacer negocios como un teléfono o un pasquín.
En serio. Que no es eso.
Lo que realmente me preocupa es que cada vez hay mas blogueros que parecen tomarse los blogs demasiado en serio. Algo así como "Muéstreme usted respeto, que soy bloguero".
Las kedadas y beers & blogs (que no son mas que excusas para salir a la calle y ver personas en carne y hueso) se nos han quedado cortas, y ahora montamos conferencias, convenciones y jornadas, como la gente mayor.
Y se habla de "blogs y prensa", "blogs y política", "blogs y empresa", en vez de aquello de "¿Y cómo se te ocurrió escribir la patochada aquella?" o "¿Leíste lo que dijo fulano?", que es lo más serio de lo que se suele hablar en una kedada.
Nos damos la enhorabuena cada vez que alguien "importante" (políticos, periodistas, artistas) se abre un blog, incluso a sabiendas de que la mayoría de las veces es pura propaganda administrada por un equipo de marketing y que no durará más que la campaña publicitaria.
¿Pero no habíamos quedado que lo bueno de los blogs es que cualquiera puede tener uno? ¿A qué viene ahora tanto elitismo?
Es posible que Internet esté sobresaturado de blogs de adolescentes inconformistas con crisis existenciales (por poner un ejemplo). Cuando yo era adolescente escribía, como todos, trágicas y arrebatadas poesías (tan malas en la métrica como en el contenido) de inconformismo y crisis existencial. Pero es que entonces aún no había blogs.
Y parecemos mirar esos blogs como si fueran de segunda clase. ¿Por qué? ¿Porque abundan? Prefiero diez adolescentes existencialistas con sus propios puntos de vista que otro "blog tecnológico" más que se limite a copiar notas de prensa o a repetir por enésima vez "lo mucho que mola el I-Pod".
Está claro que los blogs son una revolución, como lo fue el teléfono en su momento. Pero ¿Te imaginas a los primeros usuarios del teléfono llamándose todo el día o montando jornadas para decirse "Estamos haciendo una revolución, somos la caña"?
Miramos nuestras estadísticas y nuestros rankings. Es una tradición bloguera, desde siempre se ha hecho así. Pero ahora parece que nos las creemos.
Que no te engañen. Un bloguero no es un tipo que generosamente te permite compartir su sabiduría. Un bloguero es alguien que necestia que le leas. Y si lo haces, pues gracias.
Pero ahora se supone que los blogs deben imitar a la "prensa seria", o la "literatura seria" o a cualquier cosa seria. Tenemos que profesionalizarnos y "dar un servicio" y toda esa verborrea.
Y, sinceramente, estoy un poco aburrido de eso de "los blogueros somos la repolla" y de que nos tomemos tan en serio a nosotros mismos.
Yo me abrí esto para escribir lo que me apeteciese, cuando me apeteciese, y como me apeteciese. Sigo siendo el mismo piltrafilla de hace tres años.
Solo que un poco más harto de todo este tinglado.
Porque yo no vine aquí a jugar a esto.
Como marca una vieja tradición, de vez en cuando todo bloguero (excepto los "Profesionales", que esos no fallan nunca) debe poner un parádójico post disculpándose por no escribir posts. De modo que ahí va:
Ya sé que llevo mucho sin escribir nada, y prometo enmendarme pronto.
Pero el caso es que, por una confluencia de motivos personales tengo las neuronas (ambas) totalmente saturadas y soy incapaz de hilar un proceso mental medianamente estrucutrado.
Ni escribir aquí ni responder a los comentarios ni leer otros blogs. En mi actual estado cerebral sólo soy capaz de ver la televisión o leer algo de la categoría Basura pulp para adolescentes espinillosos (Tm).
Estoy tecnicamente (solo tecnicamente) offline. Todo el mundo necesita calmarse de vez en cuando.