Psicofonías

(algo así como el blog de Psicobyte)

Elsa Pataki

Despues de sufrir Romasanta, me juré a mí mismo no ver jamás una película en la que aparezca Elsa Pataki. De hecho, me negaré a ver una pelicula si me entero de que ella anduvo por las proximidades del rodaje.

Te estarás preguntado que por qué tardé tanto en darme cuenta. Verás: La televisión es la televisión, y no sería justo juzgarla por ella. Beyond Re-animator debería haber sido suficiente prueba, pero yo culpaba al género. Es que a veces soy demasiado lento de mollera.

Que sí, que la chica es guapa. Y fotogénica. Y seguro que es muy buena modelo, y una tía muy simpática y muy buena gente, y a lo mejor es hasta una virtuosa del cáculo tensorial. Pero, en mi opinión (y es una opinión estrictamente personal y subjetiva), es probable que sea la peor actriz que jamás ha pisado la Tierra.

La única duda que tengo es ¿De verdad Elsa Pataki salía en Sin Noticias de Dios? ¿Estamos hablando de la misma Elsa Pataki? Debe ser mi subconsciente, que lo ha borrado de mi memoria. ¿Qué papel hacía? Te juro que no recuerdo nada...

Sin comentarios

Durante toda esta mañana, y gracias a mi talento como programador y mi inigualable habilidad para meter la pata, no se han podido publicar comentarios (ni trackbacks, dicho sea de paso) en este blog.

Y, para mayor vergüenza de un servidor, el sistema de comentarios insultaba desvergonzadamente a cualquiera que lo intentase, acusándolo de spamer.

Gracias (¡Muchas gracias!) a cierta "Anónima" salvadora que ha tenido la amabilidad de advertirme del indeseado resultado de mi incompetencia (y de la falta de modales del sistema de comentarios), he arreglado el asunto.

Mis disculpas.

El Principito

Aunque con un día de retraso, gracias a Zifra por recordar la fecha

En el siguiente planeta que encontró el principito vivía un bloguero. Tecleaba sin parar en su ordenador cuando le vió llegar.

-Ah! ¡Un visitante! ¡Buenos días! ¿Vienes a dejar un comentario?

El bloguero del principito (montaje)

-Buenos días -saludó el principito- No estoy muy seguro ¿Qué es un comentario?

- Un comentario es la respuesta que tú dejas tras leer uno de mis posts.

-¿Ah, si?- respondió el principito sin comprender nada. ¿Y qué son tus post?

-Son las cosas que escribo, como esta conversación, para que las lean otras personas y puedan hacer comentarios. Es como hablar con miles de personas.

-Yo poseo una flor con la que hablo todos los días. Y ella me responde y habla conmigo. ¿Para qué quiero tener miles de personas con las que hablar si ya tengo a mi flor?

-Podrías, entonces, hacer un blog sobre tu flor, y hablar cada día de ella y de lo que haces.

-Yo -respondió- riego mi flor todos los días, la protejo con un biombo cuando hay corrientes de aire y la cubro por las noches con una camapana. Además deshollino los volcanes todas las semanas, incluso el que está extinguido, arranco lo brotes de baobabs antes de que crezcan y me gusta ver puestas de sol cuando estoy triste. Pero no creo que quisiera escribir nada de eso. ¿Qué haces tú para luego contarlo en tu blog?

-Yo... -dudó el blogero- Yo escribo un blog.

-¿Escribes un blog para hablar de que escribes un blog?- Dijo el principito mientras se marchaba -¿No te parece un poco tonto?

-¡Dejame un comentario! Gritó el bloguero con desesparación al verlo marchar.

-Sin duda, dijo el principito, [...]

Carta a una desconocida

No te diste cuenta de que yo estaba allí, en la misma terraza del mismo bar y una mesa más allá, porque tengo, para bién o para mal, el vulgar y aburrido aspecto de los que siempre pasan desapercibidos.

La verdad, Yo tampoco me habría fijado en tu presencia si no fuera porque estaba solo, esperando que llegaran mis "compañeros de cerveceo", y cuando espero me vuelvo cotilla (Yo prefiero llamarlo "antropología de bar", pero es cotilleo a fin y al cabo).

No soy médico ni dietista, así que no supe decidir en qué punto entre la delgadez y la muerte parecías estar. Tu amiga, en cualquier caso, me pareció un poco más cerca de la salud que tú. Sólo un poco.

En ese momento no me habría fijado en ello, como no me fijé entonces en tu ropa, tu peinado o tus gestos: Pese a lo que vosotros mismos podáis creer, todos los adolescentes de todas las épocas ha sido igualmente provocadores y ridículos, tan descarados como tímidos.

Pero sí vi lo que ocurrió al llegar la camarera a preguntaros qué queríais tomar.

Vi tu mirada de absoluto desprecio (Esa que algunos reservan para los insectos, y que los insectos no merecen), tu gesto de repugnancia, y tu actitud displicente hacia ella.

Y vi, cuando se marchó, como tu amiga y tú murmurabais con risas crueles, y pude escuchar de tus labios duros de niña esquelética la palabra "Gorda".

Sí. Sé que soy tan injusto contigo como tú lo fuiste con ella, y que te clasifico, describo y juzgo sin conocerte.

Seguramente eres una pobre niña enferma, que se mira al espejo y se desprecia. Y supongo que si te ves repugnantemente gorda a ti misma ¿Cómo verás a los que no padecen tu delgadez? Supongo que eres inconscientemente autodestructiva y que lo único que necesitas es consejo médico, mucho apoyo, cariño y ayuda para desarrollar tu autoestima herida.

Pero, y créeme que siento admitirlo, cuando la camarera regresó con vuestras copas y vi la cruel y dura frialdad de tus ojos al mirarla, no fue piedad por ti lo que sentí.

Y créeme, de verdad, que lo siento.

Pero no tengo, ni mucho menos, tan buen corazón.

PPCMS 2022