Acabo de descubrir que youtube tiene una sección "Recommended for you" que, imagino, se basará en las búsquedas anteriores para suponer qué videos pueden interesarte.
Lo triste es que en mis recomendaciones sólo hay cinco vídeos sobre el CERN y el LHC. Ni un solo culo, ni una puñetera teta. ¿Qué dirían mis amigos si lo vieran? ¿Qué estoy haciendo con mi vida? ¡Estoy traicionando la propia esencia de Internet!
Me he puesto a buscar "culos" en su buscador, para intentar cambiar esa pantalla y nada, sigue saliendo lo mismo.
Creo que los de youtube me tienen demasiado calado...
¿Demasiado calor para salir este fin de semana? ¿Harto de ver deportistas en televisión? Aquí tienes tres jueguecitos on-line, sin pretensiones pero originales, para matar el rato:
Drifts. Junta pelotitas verdes.
Magic pen. Tus dibujos con algo de física.
Coign of vantage. Gira los píxeles hasta dar con el icono.
Las tres fases de la dialéctica son:
Tal día como hoy de 1986, el manchego Victor Andrés Garcia Wimberg descubrió que, en contra de lo que había creído toda su vida, no padecía de insomnio, sino que todas las noches dormía a piernas suelta, soñando que permanecía despierto.
A Victor Andrés Garcia Wimberg siempre le quedó la duda de si se había dado cuenta de ello mientras estaba despierto, o si lo había hecho en sueños.
A los cinco años me sentía todo un hombrecito. Ya era una persona sensata y me enfrentaba al mundo con otra perspectiva.
Cuando cumplí los diez me dí cuenta, desde mi madura perspectiva, de que aquel "Yo" de cinco años no era más que un crío ignorante. Esta vez sí: Ya era una persona sensata y me enfrentaba al mundo con otra perspectiva.
Al cumplir los quince descubrí que, hasta entonces, había mirado el mundo con ojos de niño y de que era hora de verla como un adulto. Esta vez sí: Ya era una persona sensata y me enfrentaba al mundo con otra perspectiva.
En mi vigésimo cumpleaños ya sabía que había estado equivocado y que, hasta ese momento, ho había sido el adulto que creía. Esta vez sí: Ya era una persona sensata y me enfrentaba al mundo con otra perspectiva.
Con los veinticinco vi claro que la madurez es algo que tarda en llegar, y ya había llegado. Esta vez sí: Ya era una persona sensata y me enfrentaba al mundo con otra perspectiva.
A los treinta supe que siempre me había engañado a mí mismo, y que ya era hora de ver la vida con objetividad y madurez. Esta vez sí: Ya era una persona sensata y me enfrentaba al mundo con otra perspectiva.
Pero, ahora que cumplo treinta y cinco soy consciente de que esta vez sí: Ya soy una persona sensata y me enfrento al mundo con otra perspectiva.