Mañana es el día de la libertad del software.
Aunque es una celebración con más espíritu lúdico que "académico", por todo el mundo se llevarán a cabo montones de actividades, conferencias, mesas redondas, debates...
En la mayoría de ellos, se podrá ver a montón de gente mostrando lo bueno que es y lo bien que funcionan distintos programas libres, otros que ha convertido esto del software libre en un negocio o una profesión, junto con los inevitables discursos de las autoridades pertinentes en cada caso diciendo que esto del SL es una cosa maravillosa y que viene genial para la economía ahora que tenemos la crisis y eso.
Y, bueno, todo eso está muy bien y, además, seguramente es cierto.
Pero, me pregunto ¿Y si no fuera tan rentable o tan buen negocio?
¿Dejaría de ser importante esto del Software libre?Y es que esto del software libre parece una cosa muy moderna y que ahora está de moda, pero en realidad es tan antiguo como la informática, o incluso mucho más.
Porque, para empezar, el software nació libre.
Al principio, la gente escribía programas, y se los pasaba a otra gente que los modificaba y se los pasaban a otros...
¿Cómo iba a ser de otro modo? ¿Para qué me sirve esconder un programa y quedarmelo sólo para mí? Crear un programa puede ser mucho trabajo (y por eso es mejor compartirlo y que te ayuden), pero una vez hecho ese trabajo, hacer una copia para otra persona es virtualmente gratis en tiempo, esfuerzo y dinero.
Pasó bastante tiempo antes de que a alguien se le ocurriera que se podía vender un programa informático. Y cuando lo hizo, seguramente la gente que tenía alrededor le diría algo como "Pero si son sólo bits, cualquiera puede copiarlos o rehacerlos. ¿Cómo vas a vender eso?".
Para que el negocio funcionase tenían que entrar de por medio la justicia, los abogados y es clase de gente. Si las leyes de la naturaleza hacían que copiar software fuera tan fácil, se usarían las leyes humanas para impedirlo.
Y ahora nos encontramos en la paradójica situación de que tenemos que organizar un movimiento del software libre para reclamar algo que ya teníamos hace mucho tiempo.
Se puede adornar con toda la palabrería que quieras, pero la filosofía que subyace al movimiento del Software libre es muy simple, y se puede resumir en un derecho y un deber.
El derecho es el que todos tenemos a aprender y hacer uso del conocimiento de los demás.
Y el deber es su contrapartida, el de aportar nuestro conocimiento en beneficio de los otros.
Esta filosofía es mucho más antigua que el movimiento del Software libre, mucho más antigua que el propio Software.
Se trata de una filosofía que es, al menos, tan antigua como la Civilización (así, con mayúsculas). Porque es la misma base que hace posible la Civilización.
Cada día, a cada instante, disfrutamos del derecho de de disfrutar, utilizar y aprender de todo el conocimiento acumulado de generaciones de personas.
Y en cada momento de nuestra vida tenemos el deber de retornar, enriquecido y ampliado en la medida de la capacidad de cada uno, ese conocimiento para disfrute, uso y aprendizaje de los demás.
Y esto es, al fin y al cabo, lo que pide el movimiento del software libre.
No es economía, ni negocio, ni moda, ni nada de eso.
Es sólo la Civilización.
Ya lo he dicho alguna vez: Los blogs no son de fiar.
Lógicamente, cuando necesitas informarte sobre algo o comprobar algún dato, el simple hecho de que aparezca en un blog no es prueba suficiente sobre su falsedad o veracidad.
Los viajes en el tiempo, tal y como los suelen presentar el cine y la literatura, tienen montones de fallos y lagunas desde el punto de vista físico. Por eso, cuando traté de escribir mi propio cuento sobre viajes en el tiempo, traté de darle un poquito de consistencia interna inventando algunos principios físicos (como el "desenlace contraparadójico" y la "cronocensura cósmica") que no eran más que pura palabrería para evitarme el espinoso tema de las paradojas del abuelo y similares.
También, y por la cosa de la verosimilitud, traté de inventar formas de compensar la ley de conservación de la masa-energía a base de repentinos estallidos de radiación ultravioleta y brutales bajadas de temperatura (por otro lado, me dejé por el camino otras leyes, como la conservación del número bariónico o el momento, que también son problemáticas).
El resultado fué algo que, aunque creo que no me quedó mal del todo, no deja de ser un simple cuentecillo.
En cualquier caso, y por si hubiera hecho falta, acababa el cuento con unos avisos entre los que se podía encontrar: "Esto es un ridículo y predecible chiste basado en un absurdo anuncio televisivo de lejía.".
Pero, hete aquí que ahora me encuentro un artículo en la sección "Ciencia y Tierra" de Tva.com.mx, firmado por un tal Mario Enrique Sánchez y titulado "La realidad sobre los viajes en el tiempo" en el que, entre referencias a medios como Nature y la BBC y físicos como el gran Paul Davies y el "controvertido" Amos Ori, pueden leerse los siguientes párrafos:
Para hacer este tipo de viajes, será necesario que el crononauta utilice un equipo no mayor a los 100 kg que sea resiste a impactos, así como un vehículo especial.
La teoría indica que cuando el hombre haga este tipo de viajes, ocurrirá en el espacio-tiempo un déficit de masa de cien kilogramos, los cuales se compensarán en el destino del crononauta. En el peor de los casos la pérdida de materia ocasionara que el universo equilibre esta situación con radiación ultravioleta equivalente a lo perdido con la "desaparición" del viajero.
Uno de los efectos que podría tener este viajes es que al momento de llegar al punto en el tiempo deseado, todo lo que este alrededor del astronauta (incluido el aire), quedará congelada, efecto que se producir de realizando viajes presente- pasado o viceversa.
Las palabras "La teoría indica" enlazan a mi cuento. Que es todo un honor para mí, dicho sea de paso: Reserva más espacio describiendo mi "teoría" que el que otorga a Paul Davies.
A pesar de todo, en mi opinión, los más divertido es el cambio que hace el redactor, poniendo "vehículo especial" donde yo ponía "bicicleta".
Así que ya sabes: Si quieres escribir un artículo, es mejor controlar un poquito tus fuentes...
Ya te lo han avisado ínclitos blogeros como JJ, Arkangel o Alfonso E. Romero, pero lo repito yo por si las moscas.
El circo bloguero-periodístico ha vuelto a la ciudad:
Mi consejo personal es que, si puedes, no te lo pierdas. (Es conveniente inscribirse antes)
Al JJ, porque su novela lujoyglamour.net ha resultado ganadora del Premio Bubok de Creación Literaria 2.009 y, encima se la va a distribuir online El Pais (y, además, el premio en cuestión es un buen piquillo).
Ya decía yo que este chaval apuntaba maneras.
En cuanto se haga un poquito más famoso, pongo mi ejemplar autografiado de La cuarta Taifa en ebay.
Por mi parte, lo pongo en la lista de compras literarias.