Publica Hamdah Salhut en Tweeter que las fuerzas israelíes, durante una incursión en la ciudad de Yenín (que me gustaría recordar que no está en la franja de Gaza, sino en la Cisjordania), ataron a un palestino herido al capó de su vehículo, usándolo como escudo humano.
Esto, naturalmente, es una salvajada inmoral e inhumana que, además, va en contra de los derechos humanos, las leyes internacionales, y cualquier tratado sobre la guerra o cómo debe tratarse a los prisioneros o las víctimas de conflictos.
Y supongo que no te sorprenderé si te recuerdo que esta estrategia de las fuerzas israelíes de usar civiles palestinos como escudos humanos no es nada nuevo, y que ya hace veinte años que comentamos un caso similar en el post ¡Que me abollas el jeep!. Solo que, aquella vez, el escudo humano era un niño y no un hombre herido.
Solo un pequeño recordatorio de que, por supuesto, esto no empezó ayer, ni el pasado 7 de octubre, ni hace veinte años.
Ya he comentado esto alguna vez, pero siempre es bueno recordarlo:
Aún teniendo en cuenta las enormes carencias y limitaciones del sistema democrático representativo, cuando se trata de frenar el fascismo, votar sigue siendo enormemente más efectivo que manifestarse después de conocer el resultado.