Con motivo de mi participación en una mesa redonda (mañana, martes 17 de diciembre) en las primeras Jornadas de Ciencias Sociales y Humanidades Digitales de la Universidad de Granada, me han pasado una preguntas como precalentamiento, para que vaya mostrando mi postura.
Tendré el honor de compartir mesa con Javier Ruiz y Salvador del Barrio, mesa que se organizará a modo de "Documental forum": Veremos un documental sobre Google Books y, después, charlaremos sobre cultura, digitalización de contenidos, oportunidades y peligros del entorno digital y derechos de autor.
Las preguntas están respondidas un poco a tiralínea, pero cero que definen bastante bien lo que pienso de estos temas, así que las pongo por aquí:
Técnico en la Oficina de Software Libre. Partidario del Copyleft y la Cultura Libre como receptor y como productor de contenidos.
Cuando las cultura se libera del soporte físico se libera de las limitaciones asociadas a este. Conceptos como los costes de reproducción o transmisión descienden hasta prácticamente cero. La cultura es un ejemplo clásico de "economía de la abundancia", opuesto a los clásicos mercados donde la escasez en la mercancía es la que domina las dinámicas de precios y, por tanto, la facilidad o dificultad de acceso a esa mercancía.
El conocimiento lo es independientemente del soporte. El cine no mató al teatro, la televisión no mató al cine, ni el vídeo mató a la televisión.
La irrupción de nuevos soportes como los libros en formatos digitales está significando un duro golpe para un concreto modelo de negocio en la industria cultural y del entretenimiento (pero no necesariamente para cualquier posible modelo de negocio en esa industria). A cambio de ello, está facilitando el acceso al conocimiento y la participación en la cultura a una cantidad antes inimaginable de personas.
¿significará esto el fin del libro-objeto en papel? No a corto o medio plazo, pero sí que significará cambio de paradigma en cuanto al libro como mercancía, quizás como objeto de lujo o como respaldo de la información digital.
En el "mundo electrónico" (como opuesto a las limitaciones del "mundo atómico"), un contexto en el que se ha superado la economía de la escasez que mencionaba antes, los limitantes legales como patentes, copyright, etc, crean una escasez artificial y actúan como barreras generadoras de monopolios de acceso al conocimiento.
Estos monopolios son controlados por las empresas que detentan esos derechos, sustrayendo el control de la cultura (ahora convertida en simple mercado) tanto a autores/creadores como a lectores/espectadores, en una suerte de "fetichismo de la mercancía digital".
Los nuevos modelos de licencias abiertas, como Creative Commons, retornan el control de la obra al autor, que puede determinar personalmente qué usos permite de su obra sin secuestrarla de su público ni su contexto cultural.
Esto redunda en el retorno a una cultura abierta y libre con posibilidad de reutilización y producción de obras derivadas, en la que desaparece la división artificial que la industria había dibujado entre "productores de cultura" y "consumidores de cultura".
Estos monopolios crecientes son una señal de alarma y un ejemplo claro de los peligros del copyright y las limitaciones a la difusión de la cultura. Como hemos visto, un mercado de grandes empresas que detenta los derechos legales de la cultura-como-mercancía no sólo limita el acceso a esta, si no que actúa como un bloqueo ahogando el flujo de información y conocimiento que es. al fin y al cabo, la cultura.
Por si esta fuera poco, no sólo la difusión de la cultura está limitada, si no que cualquier decisión que el autor pudiera tomar sobre su propia obra está limitada o directamente coartada por el interés de esos monopolios. No deja de ser irónico si tenemos en cuenta que las leyes de Propiedad Intelectual fueron ideadas para proteger a los autores del control por parte de los editores.
Por ejemplo: Formar en el uso y necesidad de las herramientas de una cultura libre y abierta. Incentivar la liberación y difusión de contenidos. Catalogar y divulgar las obras liberadas en la universidad.
En el momento de publicar esto, la fecha es exactamente la del título.
Pues eso, una fecha curiosa.