El otro día, en "¿Seguir pagando la hipoteca?", fernand0 reunía una serie de referencias (de los USA) en las que la respuesta tendía a ser "no".
La idea (muy resumida) viene a ser que, ya que el banco te va a embargar de todos modos, mejor es dejar de pagar directamente, y aprovechar el dinero en otros menesteres.
Añadía fernand0, muy razonablemente, que las cosas por aquí funcionan de manera algo distinta, y puede que no sea aplicable (para más detalles te remito al enlace de arriba).
Pero el caso es que, por aquí, y dependiendo de las circunstancias concretas de cada uno, es posible que también lo más racional sea dejar de pagar la hipoteca. O, como mínimo, adelantarse al banco e intentar vender uno mismo antes, para así salvar lo que se pueda. O algo parecido.
Lo que pasa es que las personas, a menudo, tendemos a ser bastante menos racionales que eso.
Verás: Compré la casa donde vivo a una inmobiliaria que, por lo visto, la había conseguido a buen precio del embargo de un banco. La primera vez que fui a verla aún tenía todos los muebles, los cuadros, los objetos decorativos, la ropa en los armarios. Había incluso platos en la mesa. lo único extraño que se notaba era la marca en la pared donde había estado colgada la jaula de un pájaro.
Había ido a ver un piso para vivir en él, pero yo me sentía un invasor en casa de otro.
Un día llegó un tipo con una orden, sacó a esa gente y su jaula para pájaros de su casa, y cambió la cerradura. Los platos quedaron en la mesa.
En una situación así te preguntas muchas cosas (aparte de si es moral comprar una casa obtenida en esas condiciones): ¿Cómo llegaron a eso? ¿Cómo no actuaron racionalmente y vendieron ellos la casa antes de que el banco se la quitara?
No conozco, evidentemente, las circunstancias reales de esas personas (y hay realmente muchas posibles opciones), pero puedo aportar una idea:
A menudo, las personas no somos demasiado racionales.
El típico tipo que compra un piso como inversión, por ejemplo, puede ser más listo o más tonto, hará mejor o peor negocio, pero está en disposición de actuar racionalmente.
Después de todo, para él ese piso es una especie de cheque (pero en sólido): es intercambiable por dinero de curso legal. Si vienen "vacas flacas" venderá o nó en función de la rentabilidad que le vea al negocio. Simplemente está cambiando una clase de moneda por otra clase de moneda.
Pero hay gente que compra ese mismo piso como vivienda. Y las "viviendas" tienen una tendencia irrefrenable a convertirse en "hogares".
Ves películas en el sofá, o crías hijos allí, o tropiezas con la puerta que se atranca, o viene tu familia de visita, o te echas un polvo en la cocina, o montas una fiesta sorpresa para un amigo, o encuentras bajo el armario las fotos que se perdieron...
Lloras, ríes, te asustas, disfrutas, te preocupas, recuerdas, te alegras; y haces todo eso allí, en tu hogar.
Hay gente de espíritu nómada que, al parecer, es inmune a esa sensación. Pero, en general, cuando haces todo eso, ya no puedes ser tan racional como el "inversor". Y si vienen las dichosas "vacas flacas" no eres capaz de pensar como él. Porque ya no estamos hablando de dinero.
Cuando la cosa se pone fea tratas de usar todas las armas y herramientas que tengas (y conozcas, que eso también influye mucho a veces) para conservar tu hogar. Y cuando se te acaban los recursos te agarras a la esperanza (que es tenaz, tozuda e irracional). Y cuando también se te acaba la esperanza aún te queda tu desesperación.
Y un día llega un tipo con una orden y una cerradura nueva, y tú tienes que irte con tu jaula para pájaros.
Puede que no sea una actitud racional, pero yo diría que es bastante humana.