Los de mi hosting me avisan de que mañana van a trasladar los servidores a otro centro de datos que mola mucho más que el que tienen hasta ahora, donde los ordenadores tendrán mejores vistas y tal...
Lo cual quiere decir que, en algún momento entre las ocho de la mañana y las ocho de la tarde, y durante un lapso máximo (dicen) de cuatro horas, este blog va a estar fuera de combate.
Por otro lado eso va a hacer que tenga menos visitas, cosa que puede ser beneficiosa porque, Escolar, ese azote de los blogs "pequeños", ha enlazado el post anterior, y eso implica que los visitante ocasionales se pueden multiplicar lo indecible. La última vez que me hizo eso tuve que contratar más ancho de banda (aunque, como estamos en verano, puede que la cosa no llegue a mayores).
De todos modos, ni que decir tiene que un enlace del Escolar es siempre una recarga de egorías...
Ayer lo vi en televisión, y hoy, a través de Evolucionarios, encuentro el vídeo en El beso en la Luna:
Visto lo cual no puedo evitar recordar este capítulo de la serie que, bajo el título "¿La raiz de todos los males?" hizo Richard Dawkins para el Canal Cuatro de la televisión británica (Y que he encontrado gracias a Greg, donde puedes ver los dos capítulos de los que consta):
Pese a que Dawkins es un tipo que no acaba de caerme bién (aunque creo que es uno de los mejores divulgadores científicos en lo que a biología se refiere), pese a que creo que una persona puede ser buena a pesar de su religión, y pese a que sé que no es una opinión demasiado "políticamente correcta", no puedo mas que estar de acuerdo con él: Nadie debería acercarse a la religión hasta ser mayor de edad.
A todos esos sacerdotes, clérigos, chamanes, rabinos, frailes, imanes, pastores, gurús, lamas, popes y curas en general:
Dejad a los críos en paz.
Estás triste -Dijo en tono ansioso el Caballero-; permíteme entonar una canción para consolarte.
- ¿Es muy larga? -preguntó Alicia, porque ya había escuchado una buena dosis de poesía ese día.
- Es larga -dijo el Caballero-, pero es muy, muy hermosa. A todos los que me escuchan entonarla... o les trae lágrimas a los ojos o...
- ¿O qué? -dijo Alicia, porque el Caballero se había interrumpido bruscamente.
- O no, como sabes.
A través del espejo - Lewis Carroll (Traducción de Jorge A. Sánchez)