Stanislaw Lem podría haber fundado una buena religión.
Habría sido una religión de ateos, que reverenciara la grandeza del Universo como espejo de la humilde pequeñez del hombre. Una religión que se enfrentase a lo inefable y lo incognoscible. Que mostrase aquello que, aunque no podemos comprender, no podemos evitar intentarlo.
Los sacerdotes de Lem habrían sido Benditos Exploradores, viajando siempre a los límites de lo conocido para comprenderse a sí mismos a través de la lente de aumento de lo desconocido.
Su lema sería, probablemente, el délfico "Gnosei Seauton": "Conócete a ti mismo".
Sí, Stanislaw Lem fue un gran escritor de Ciencia Ficción, y podría haber fundado una buena religión.
Arthur C. Clarke también habría sido un profeta admirable.
No estoy muy seguro, pero creo que su dios habría sido quizás un dios-universo como el de Spinoza, o la suya podría ser una religión deísta con un dios no-intervencionista o puede que incluso una religión agnóstica.
La religión de Clarke sería la religión de la Ciencia, de la Razón. La Epifanía del Descubrimiento seguiría a la Ordalía de la Investigación, y la Bendita Tecnología Traería la paz, la felicidad, la salud y, quizás, la vida eterna.
Clarke elegiría como sacerdotes, por supuesto, a los Inmaculados Científicos, que revelarían la verdad de los secretos del universo y los mostrarían ante los ojos del mundo.
Su lema, sin duda, tendría que ser el "Sapere Aude" de la ilustración: "Atrevete a saber".
Sí, Arthur C. Clarke fue un gran escritor de Ciencia Ficción, y podría haber fundado una buena religión.
De todos los que he mencionado, Philip K. Dick fue el que estuvo más cerca de fundar realmente una religión. Desde el día en que dios se le apareció en forma de rayo láser rosa (Sí, Dick estaba muy pillado), cualquier día podría haber salido de su apartamento desnudo y con los Trece Mandamientos garabateados sobre periódicos usados.
La suya habría sido una religión epifánica, mística y extática como la de una Santa Teresa, pero cercana y humana, con un dios próximo que habla a los hombres de tú a tú. Un dios liberador que haría caer todas las tiranías del mundo.
Sus sacerdotes serían los Santos Dementes, que alcanzarían la perfecta comunión por medio de las drogas, relvolcándose entre espumarajos y hablando en lenguas.
Su lema habría sido "El imperio no terminó", pero para entender esto hay que leer sus libros sagrados "V.A.L.I.S.", "Radio libre Albemuth" y "La invasión divina".
Sí, Philip K. Dick fue un gran escritor de Ciencia Ficción, y podría haber fundado una buena religión.
Pero ninguno de ellos lo hizo.
L. Ron Hubbard no era un escritor de tercera, porque no tenía suficiente categoría. Pero él sí fundó una religión.
De modo que creó una religión ridícula, la "Cienciología", con extraterrestres de opereta, edificada sobre libros de auto-ayuda basados en penosas pseudo ciencias inventadas ad hoc (Dianética).
Los sacerdotes de Hubbard son los abogados, y su lema es "¿Has traído la pasta?".
Joder. Una pena.
Venga, en serio:
Puedo criticar desde tus ideas políticas a tu equipo de futbol, incluso ridiculizarlos. Pero las opiniones religiosas tienen un especial estatus de protección social y, lo que es peor, legal.
Después, pasa lo que pasa.
Diagramas de barras, sectores, grafos...
Sí, son muy prácticos para presentar estdísticas, pero tremendamente aburridos.
Habría que ver de donde han sacado los datos, pero este vídeo sobre la industria del porno en internet tiene una presentación, cuando menos, curiosa:
[Vía information aesthetics.]
Mis padres decidieron que no inculcarían a sus hijos ninguna religión o creencia para que, siendo adultos y (presumiblemente) responsables, adoptasen libremente sus propias creencias.
Mi madre (que decía "Yo no me meto en los asuntos de dios, y él no se mete en los míos") me explicó una vez "Cuando seas mayor, tú creerás en lo que tu decidas".
El predecible resultado fue que, como ya sabes si me has leído por aquí alguna vez, soy ateo.
Tuve profesores de todo tipo, con ideas y creencias muy distintas que, a veces, intentaron enseñarme visiones mas estrechas de la realidad, en las que había preguntas que yo no tenia derecho a hacer.
Tuve incluso un profesor que agitaba ante nuestras mentes los inenarrables horrores del infierno (¿Sabes cuanto dura una eternidad de sufrimiento?) para todo aquel que osase tan siquiera pensar en lo que el consideraba incorrecto.
Por fortuna me libré de sufrir ningún trauma: Si en tu casa te han enseñado que ser libre es mas que un derecho, que es un deber y una responsabilidad, será muy difícil que te conviertan en un esclavo en la escuela.
Me enseñaron también a ser crítico con el mundo, a tratar de entender las cosas y a evitar creer nada sin motivo.
Nunca tuve la clásica tensa charla "sobre el tema del sexo", porque nunca hizo falta. Nunca hubo "cigüeñas" ni ridículos cuentos similares en mi infancia. El proceso por el que nacemos era tan misterioso y tan tabú como el de la digestión de los alimentos.
El desnudo tampoco fue nunca algo a ocultar. Cuando en tu casa os habéis duchado juntos durante años tú, tu padre, tu madre, tu hermana y tu hermano (si, cinco, al mismo tiempo), no puedes siquiera pensar que hay quien cree que existe algo implícitamente sucio en un cuerpo desnudo.
No se si mi padre lo recuerda pero, una vez, hablando del "otro difícil tema" de las drogas me dijo: "Si te ofrecen un porro y tienes curiosidad acéptalo y, cuando veas que no es nada de lo que te imaginas, entonces lo dejas". Y, en su momento, lo hice así. He fumado porros más de una vez y me he pillado algunos colocones. No es ni bueno, ni malo, ni todo lo contrario. Hace años que rechazo cualquier oferta de "una calada" sin vergüenza, sin miedo y, por supuesto, sin ninguna pretensión de "pureza personal" ni superioridad.
Me enseñaron a ser una persona moral y sin prejuicios. Sin inviolables leyes kantianas ni relativismos postmodernos. Me enseñaron a respetar y a tratar de merecer respeto. Y no me lo enseñaron con palabras, si no con hechos. Día a día.
Indudablemente, no soy la mejor persona del mundo. Probablemente, tampoco sea la mejor persona que conozco.
Podría ser mejor persona de lo que soy pero, cualquiera que sean mis limitaciones, son mis propios defectos, no de la educación que recibí.
La verdad es que mis padres me pusieron el listón muy alto: Si algún día me veo en la tesitura, quisiera ser capaz de educar como ellos me educaron a mí.
Sí, ya casi estoy aquí.
Un poco de paciencia (si es que aun queda alguien por ahí) y volverás a ver en este blog esos imprescindibles contenidos a los que te has acostumbrado:
Como ya dijeron antes que yo otros insignes intelectuales como Douglas McArthur o Terminator:
¡Volveré!
La semana que viene, concretamente.