Durante toda esta mañana, y gracias a mi talento como programador y mi inigualable habilidad para meter la pata, no se han podido publicar comentarios (ni trackbacks, dicho sea de paso) en este blog.
Y, para mayor vergüenza de un servidor, el sistema de comentarios insultaba desvergonzadamente a cualquiera que lo intentase, acusándolo de spamer.
Gracias (¡Muchas gracias!) a cierta "Anónima" salvadora que ha tenido la amabilidad de advertirme del indeseado resultado de mi incompetencia (y de la falta de modales del sistema de comentarios), he arreglado el asunto.
Mis disculpas.