Los lunes hay que empezarlos con calma, que luego pasa lo que pasa. Con mi proverbial generosidad, te regalo unos enlacillos, para ir empezando la semana:
Una de Programadores matando un dragón, solo para los muy frikis del asuntillo este de la programación (Via menéame).
La segunda parte (Y, probablemente, habrá una tercera) de la emocionante epopeya de campanilla y Ono, de cuyo comienzo ya te dí la primicia aquí.
Si no sabes cantar el Maná-Maná, es que no has tenido una infancia como debe ser.
Pensándolo friamente: ¿Qué es lo malo del botellón? ¿Son los jóvenes? ¿Son las botellas? ¿O es otra cosa?
Hoy es domingo. Y los domingos no hay posts, que son para el asueto.
(La chica de la izquierda es obra de Mónica)
En una de las últimas kedadas comenté algo respecto a un script que había escrito para sacar los enlaces que había en mi blog. Hoy, por otro lado, el Arkangel me amenazaba con cobrarme ancho de banda porque, según dice, le llegan muchas visitas desde aquí.
Me ha entrado algo de curiosidad por el tema, así que recupero ese script, y aprovecho para hacer algunas meditaciones en voz alta...
El asunto consiste en un pequeño programilla que lee todos los posts de Psicofonías, y busca en ellos los enlaces externos (los que apuntan a otras páginas, y no a las de dentro del propio blog). O sea: Lo que viene a responder este programa es algo así como "¿A quién enlaza Psicobyte más a menudo?"
En cierto modo, esto viene a ser como una especie de "Top Psicofonias" porque, lógicamente, muestra qué páginas considero, normalmente, más interesantes, relevantes o dignas de ser mencionadas.
Por supuesto, esta lista en sí misma no sirve para nada, salvo como curiosidad sobre mis preferencias personales. Cada bloguero tendrá su propia lista distinta de las de los demás. Pero, si pudiésemos juntarlas todas (Que es lo que hacen, a su modo, herramientas como Google y Technorati) tendríamos una especie de resumen del "Estado de la red". Esto es, básicamente, lo que hizo JJ con sus "100 de Atalaya 2006".
En un total de 457 posts publicados hasta ahora, he enlazado con 1403 enlaces a 746 sitios distintos. Eso es un promedio de 3.07 enlaces por post.
Los primeros treinta de la lista (que son un 4.02% del total de sitios enlazados) acaparan casi la tercera parte (el 28.51%) de los enlaces, con lo que la lista completa se parece bastante a una de esas "largas colas" que molan tanto.
En el Top de abajo aparecen esas treinta primeras URLs de la lista, seguidas del número de enlaces y, en caso de que aparezcan en los 100 de Atalaya 2006 (que, recuerda, usa como baremo los enlaces según Technorati), el puesto que ocupa en ellos entre corchetes. Notarás que, además de que solo hay cinco en común, no parece haber ninguna relación entre las posiciones en mi lista y la de Atalaya.
Tengo la impresión de que si hicéramos el "Top" de cualquier bloguero saldría una lista muy parecida en sus rasgos generales: Muchos enlaces a un grupo de "amiguetes", y unos pocos enlaces a otros sitios.
Lo que ocurre es que no todos tenemos los mismos "amiguetes", pero sí compartimos muchas páginas del final de la cola.
Por ejemplo: En mi lista, Microsiervos aparece, con dos enlaces, en el puesto 127. Pero es más que problable que también aparezca (aunque sea en puestos bajos) en el "Top" que extraigamos de casi cualquier blog hispano.
Lo cual es interesante porque puede darse el caso (y se dá) de que una página que nadie (o muy pocos) considera "muy importante" individualmente, sí lo sea "colectivamente".
Y esto va en contra de uno de los muchos mitos que hay respecto al bloguerió.
Según este mito, Existe un grupo de blogueros "de élite" en torno al cual todos los demás nos reunimos como satélites y que son una especie de referencia centralizada.
Si eso fuera cierto, los "Tops" de todos los blgueros serían muy parecidos, con los enlaces de la "élite" en los primeros puestos y los "segundones" más abajo.
Pero, en mi opinión, lo que ocurre es que esa supuesta "élite" lo es no porque algunos (o muchos) se dediquen a enlazarlos continuamente, sino porque todos (o una gran mayoría) los hemos enlazado "alguna vez". No es que sea la principal referencia de cada uno, sino que son una referencia "secundaria" para muchos. Es una diferencia de matiz, pero de un matiz importante (o, al menos, interesante).
Cuando contrates tu conexión a internet, asegurate de que te dan una IP que sea pequeñina y ágil. Porque las que son demasiado grandes, a veces, se quedan atrancadas en los cables.
No te pierdas a Campanilla y su divertido Caso de las IPs gordas (en tres actos):
- ¿Si? ¿te has podido conectar a mi modem desde alli?
- Efectivamnte asi es, señorita.
- ¿Como lo has hecho? esta desenchufado.
- Er .... un momento por favor no se retire.
Dicen que no hay peor sordo que el que no quiere oir.
A veces ocurre que hablas con alguien que sostiene opiniones totalmente ridículas y absurdas (Y no, no hablo de ser del Real Madrid o del Barça), y te ves tentado a discutir con él, a explicarle su error.
En mi opinión, mormalmente, suele ser una mala idea. Si alguien no ve lo evidente, es que no quiere ver lo evidente.
Permíteme que ilustre esto con un ejemplo.
Sitúate mentalmente en el año 1870.
Inglaterra era la mayor potencia marítima y sus barcos circunavegaban el planeta de modo regular, tarea que había facilitado bastante la reciente apertura del canal de Suez. Jules Verne hacía poco que había publicado sus 20.000 leguas de viaje submarino.
Pese a la fidelidad de los ingleses a su viejo sistema de medidas, hacía ya casi cién años que se había definido al metro como la diezmillonésima parte de un cuadrante de un meridiano de la Tierra.
Lo último que esperaría nadie razonable es que, en ese año, el periódico inglés "The Field" publicase un par de cartas en las que un hombre llamado Jonh Hampden ofrecía un premio de 500 Libras esterlinas (un buén dinero) a quén fuese capaz de demostrar que la tierra no era plana.
Sí, has leído bién.
Hampden afirmaba que la tierra era plana como una mesa, y que nadie sería capaz de demostrar lo contrario y embolsarse el premio.
Hampden no era un fanático solitario salido de ninguna parte. Contaba con el apoyo de una especie de sociedad astronómica llamada "Sociedad Universal Zetética".
En 1849, y bajo el pseudónimo de "Parallax", Samuel Birley Rowbotham había escrito un pequeño libro de dieciseis páginas titulado, al ampuloso y grandilocuente modo de la época "Zetetic Astronomy: A Description of Several Experiments which Prove that the Surface of the Sea is a Perfect Plane and that the Earth is Not a Globe!" (Astronimía Zetética: Una descripción de varios experimentos que prueban que la superficie del mar es un plano perfecto y que la tierra no es un globo!)
El panfleto que, en ediciones posteriores, crecería hasta tener casi 450 páginas, se basaba en argumentos bíblicos, teológicos y geométricos (todos ellos bastante discutibles) con los que Samuel Birley Rowbotha pretendía demostrar que la tierra no era una esfera, sino plana, con el polo norte en el centro y el "polo sur" como una inmensa barrera de hielo rodeando la tierra. Para promover esos planteamientos, fundo la "Sociedad Universal Zetética", que, con lecturas públicas de su panfleto pretendía dar a conocer a sus ideas y convencer a los incrédulos.
Podrías pensar que, dado lo ridículo de la propuesta, nadie digno de mención tomó el guante del desafío. Pero, si así hubiese sido, este post quedaría bastante deslucido.
Nada menos que Alfred Russel Wallace, el hombre que que descubrió la misma teoría de la evolución que Darwin de forma independiente, que era un más que competente geólogo, biólogo y geógrafo (En aquellos tiempos, a eso se le llamaba "Naturalista") y que había pasado años en las antípodas cuya posibilidad física negaba Hampden.
Wallace no era muy amigo de meterse en esos berengenales pero, pese a la ayuda económica que había conseguido gracias a su amigo Darwin, no era un tipo demasiado adinerado, y las 500 Libras de la apuesta le vendrían pero que muy bién.
Se había lanzado un desafío y alguien lo había aceptado. Faltaba determinar un lugar para el "duelo", pactar unas normas, y elegir unos "padrinos".
El Old Bedford River es, en ralidad, un canal artifical construído dentro de un sistema mayor para drenar una zona pantanosa de los condados de Cambridgeshire, Lincolnshire y Norfolk, al este de Inglaterra.
Su trazado recto y su cauce lento y tranquilo lo hacían perfecto para el experimento, que estaba basado en uno descrito en el libro de Samuel Birley Rowbotham, y que consistió en lo siguiente:
Sobre uno de los puentes del Old Bedford River, y a una altura cuidadosamente medida sobre la superficie del agua (13 pies y cuatro pulgadas, unos 4.06 metros) se colocaba un "blanco". A seis millas de distancia (unos 9.66 km), y a la misma altura, se situaba un telescopio apuntando a ese blanco. Justo a mitad de camino y a la misma altura estaba situada una "diana".
Como puedes ver en el precioso gráfico de arriba (creado a partir de una ilustración original del libro de Birley), si la tierra resultaba ser plana, las dos marcas y el telescopio deberían estar alineadas (y, desde este, la más cercana taparía la visión de la del puente). Si la superficie de la tierra era efectivamente curva, la diana central debería aparecer, vista desde el telescopio, más alta que la del puente.
El 5 de Marzo de 1870 se reunieron junto al Old Bedford River los caballeros John Hampden, Alfred Wallace, William Carpenter (testigo por parte de Hampden), M. W. B. Coulcher (testigo por parte de Wallace) y J. H. Walsh, editor del periódico "The Field" y árbitro acordado para el desafío.
El experimento, en la práctica, no es tan fácil como en la teoría. Para evitar susceptibilidades, hay que ser extremadamente cuidadoso en las mediciones de las alturas y posiciones de las dianas y el telescopio. Hay que tener suerte con las condiciones de visibilidad, y tener en cuenta cosas tales como la refracción de la luz causada por la atmósfera, que es notable en una distancia de seis millas, y varía según la hora del día y las condiciones atmotsféricas.
En cualquier caso, la imagen debe haber sido memorable: Cinco caballeros victorianos elegantemente vestidos, en medio de la campiña inglesa, mirando por un telescopio al horizonte y discutiendo sobre distancias, geometría y refracción.
El resultado del experiemento fué el predecible: La diana central apareciá elevada sobre la visual telescopio-puente unos cinco pies y medio (1.68 m.), dándole la razón a Wallace.
Walsh determinó que que la curvatura terrestre estaba demostrada, y entregó el dinero a Wallace, el ganador.
Si esto fuera un guión cimematográfico, la cosa acabaría más o menos aquí. Wallace se va con su premio a casa henchido de orgullo y Hampden se marcha algo cabreado (quizás mordiendo el ala de su sombrero), pero algo menos terraplanista que antes.
Pero la vida real es algo más retorcida que las películas.
Durante los años siguientes, un furioso Hampden acosaría a Wallace y su familia a través de todos los medios, incluídos los legales, acusandole de hacer trampas.
En 1976 la cosa acabó en los tribunales que, sin querer enfangarse en asuntos como la forma de la tierra o la veracidad del experimento y sus resultados, determinaron que los desafíos de ese estilo no tenían validez legal.
Pero esto no calmó a Hampden, que siguió acusando y amenazando a Wallace, y pasó varias veces por los tribunales, y por prisón, acusado por difamación.
Al parecer, Alfred Russel Wallace se arrepintió durante el resto de su vida de haber participado en el experimento del Old Bedford River.
Quizás te preguntes qué pasó con los terraplanistas.
Contra todo pronóstico Universal Zetetic Society continuó sin cambios hasta el año 1956, cuando cabió su nombre por el de International Flat Earth Society. En torno a los años ochenta (Sí: Me refiero a 1980, no es una errata) había adoptado un cartacter mucho más religioso, y alacanzó una cumbre de unos 4000 socios. Evidentemente, argumentaban que todo el proyecto espacial es una gran estafa.
Al parecer, esta sociedad aún existe.
La foto del Old Bedford River es de la Cambridge Albion Angling Society
El esquema de le experimento está montado a partir de una imagen original del libro "Zetetic Astronomy".
El dibujo de la Tierra Plana pertenece al libro "Zetetic Astronomy".
He sacado todos los datos de Internet. Esta historia se cuenta en multitid de páginas, la mayoría de ellas contradicitorias. En tanto me ha sido posible, he recurrido a las fuentes más cercanas a las originales, como el propio libro de Birley o las cartas de Wallace al periódico "The Field".