Iba a comentar alguna trivialidad sobre la chorradita esta del "Día de Internet", felicitando a todo el mundo y tal. Pero, dando mi paseito bloguero de rigor, me he enterado por Maiko de que esta noche, a los 92 años, ha muerto Rosa Park.
Resulta bastante reconofortante pensar que, depues de los cientos de amenazas de muerte que recibió, haya muerto de vieja.
El mito cuenta que la costurera negra Rosa Park pasó a la historia al sentarse en un asiento de autobús reservada a blancos, lo cual no es exactamente cierto.
Rosa se sentó, como hacía siempre, en una plaza "para negros". Pero estaba obligada por la ley a, en el caso de que el autobús se llenara, ceder esa plaza a cualquier blanco que lo exigiese.
Y el autobús se llenó.
Y un blanco quiso que esa negra se levantase de su asiento.
Pero Rosa Parks estaba cansada. Cansada de no poder a entrar a locales "solo para blancos". Cansada de no poder usar servicios "negros no". Cansada de no poder viajar en taxis conducidos por blancos. Cansada de sentarse detrás. Cansada de tener que ceder su asiento. Cansada de toda una vida de vejaciones. Cansada de cuarenta y dos años de opresión y humillación.
Por eso, por "cansancio", se negó a ceder su asiento a ese blanco.
Rosa Parks acabó en comisaría. Y se convirtió en el símbolo de la lucha por la igualdad.
Puedes consultar la Wikipedia para saber más sobre esta historia.
Ayer, al escribir el post sobre "El Misterio de la abadía me dí cuenta de que aún no te había hablado del Carcassonne, y eso que hace ya tiempo que te lo había prometido. Con este post saldo mi deuda contigo.
Carcassonne es un juego bastante original. El tablero se va montando durante la partida al colocar, cada jugador en su turno, unas piezas cuadradas haciendo que sus laterales encajen con las anejas. De este modo se van construyendo campos, caminos, ciudades y claustros.
Además, un jugador puede colocar una ficha (seguidor) en algún lugar de la pieza que ha colocado, para "apropiarse" de parte del territorio resultante.
Hay que pensarse muy bién dónde se colocan los seguidores, porque su número es limitado (7) y la puntiación se asigna en función de las áreas que domine cada jugador, según el tamaño de los caminos y ciudades, el área de influencia de los claustros, y las ciudades próximas a los campos que haya al final del juego.
Un juego para entre dos y cinco jugadores (de a partir de diez años, según dice la caja), con reglas muy simples, pero que tiene un componente de estrategia realmente interesante.