Lo que sigue no tiene mucho sentido, y es perfectamente obviable. No siempre se puede hablar de cosas interesantes.
Hace algunos años, cuando aún encontraba cierto orgullo y placer en mi trabajo, me quedaba trabajando, a veces, los fines de semana. Era un buén momento para hacerlo: No había nadie en la oficina y se podía programar con tranquilidad, sin interrupciones ni distracción alguna. De vez en cuando, me encontraba por allí con el Ark, que iba a hacer lo propio (ignoro si él sigue haciéndolo). En cierto modo, echo de menos esa época.
Uno de esos fines de semana estaba trabajando en un script un tanto particular: Debía gestionar los permisos de diversas aplicaciones web (quién tenía aceso a ellas, y en qué condiciones, y quién no) y mostrar un menú para que el usuario pudiese navegar entre ellas.
En realidad es un programa bastante tonto, aunque recuerdo que, en su época, me pareció algo grande y complicado (Yo empezaba a trabajar con bases de datos, y la cosa me imponía).
Aquel Domingo por la noche, la aplicación estaba prácticamente terminada. "Rodaba" perfectamente (aunque después se depuraría mucho con los años) pero le faltaba un pequeño detalle: No tenía nombre.
Puede parecer una tontería, pero una aplicación "maestra", que va a aparecer contínuamente ante el usuario y va amarcar el modo de uso de la web de la empresa, pedía un nombre que sonase a algo serio y sofisticado.
Pero, en cualquier caso, un Domingo por la noche, después de dos días programando a solas, nadie tiene la cabeza muy clara. Al final, eché mano del típico recurso: Las siglas. El programita se acabó llamando con la original denominación "Sistema Integrado de Gestión". O sea, SIG.
Probablemente, de todo lo que yo he programado para esta empresa, esta sea la aplicación más exitosa y popular.
En realidad, el SIG es conocido por méritos que no son suyos: Cuando un programa web (que suelen correr "bajo" el SIG) se muestra especialmente útil y eficiente, los usuarios asumen que es "el SIG" el que es útil y eficiente. De modo que, en cierta forma, estoy usufructuando méritos ajenos.
Resulta extraño, incluso evocador: las siglas que una noche improvisé sin mucha inspiración seguirán, muy probablemente, formando parte del bagaje de esta empresa mucho después de que yo la haya dejado. Curioso, cuando menos.
Hace algunos años, cuando aún encontraba cierto orgullo y placer en mi trabajo, tenía la costumbre de incluir una frase en todos mis scripts (casi todos en Perl, claro).
Solían ser frases célebres, párrafos de libros, canciones, etc. Ninguna de ellas tenía mucho sentido ni relacción con el programa en cuestión: La única condición era escribir lo que en ese momento se me ocurriera.
Era una simple tonteriá. Ningún usuario verá jamás esas frases. Si algún día otro programador me sustituye, es probable que prefiera reescribir muchas de esas aplicaciones antes que nadar en su código. En realidad, esas pequeñas tonterías eran uanespecie de firma, un sello de propiedad.
Stanislaw Lem, en "Los tres electroguerreros", uno de los cuentos de sus "fábulas de robots", cuenta que:
Erase una vez un inventor que continuamente ideaba y construía extraordinarios aparatos. Construyó una máquina pequeñísima que cantaba maravillosamente y a la que dio el nombre de pajarolezna. Se hizo un sello con un corazón y ponía esta marca a cada átomo que salía de sus manos, que luego para asombro de los sabios que en sus análisis espectrales atómicos descubrieron aquel reluciente corazoncito.
En cierto modo, esas freses eran el corazón que yo ponía en mis programas.
He recordado todo esto al ver, por casualidad, el código de viejos programas de esa época, porque hace mucho que no continúo con esa costumbre. Hoy día, ya no me queda casi ningún programa que las tenga.
Donde antes decía cosas como esta:
# Para hacer una tarta de manzana a partir de cero,
# primero hay que crear el universo.
Ahora puede decir algo como esto:
# El límite máximo para subir archivos es de 5 Megas, digo yo que bastará...
En realidad, lo segundo es mucho más útil que lo primero. Pero no es lo mismo...
Hace ya mucho tiempo que mis programas no tienen corazón.
Resulta descorazonador ver como hombres valerosos y grandes paladines de la humanidad se ven desplazados del conocimiento público por esa especie de "estanqueidad" que parece que tanto se dá en Internet.
Me explico. En la web en español, la modelo Laetitia Casta tiene, según google, 51.300 entradas. Kasparov, un simple jugador de ajedrez, tiene 29.400 apariciones. Incluso un pobre anónimo miserable como yo, goza de sus inmerecidas 2.250.
Pero, sin embargo, un hombre de la talla de Troy Hurtubise, que debería ser ejemplo y estímulo para todos nosotros, debe conformarse con 20 ridículas entradas. Los hispanohablantes no sabemos apreciar a los heroes de su talla. No sabemos lo que nos perdemos.
Cuando, a los 19 años, Troy Hurtubise tuvo un encuentro con un oso, no sabía que se acababa de desencadenar ua serie de acontecimientos que le marcarían de por vida, y le harían merecedor, entre otras cosas, de este post.
Porque Troy Hurtubise es el inventor y constructor de la escepcional armadura de protección contra osos "Ursus Mark VII".
(No te pierdas las especificaciones técnicas de la armadura, ni los test a los que la han sometido)
Con este impresionante dispositivo, Troy Hurtubise es capaz de enfrentarse cuerpo a cuerpo con un impresionante oso pardo y salir indemne.
Troy Hurtubise es poseedor del premio IgNobel a la seguridad laboral de 1998 "por diseñar, y comprobar personalmente la eficacia de un traje blindado a prueba de ataques de osos grizzly".
Hombre como estos, que superan las miserables limitaciones que la natiraleza nos impone, son los que deberían servir de ejemplo a las generaciones futuras.
Vale, ya me dejo de coñas y chorradas.
Pero ¿A que el trajecito blindado ese mola mogollón?
Lo bueno de las páginas, programas, etc que mantiene gente "por amor al arte" son cosas como esta:
(Para ponerte en situación, aquí hablamos del Planet Granada, que mantiene JJ)
11:19:47 De Psicobyte a JJ
Solo como información, por si te sirve de algo:
Creo que el módulo de calendario del planet tiene un pequeño bug:
Te indica que hay comentarios en días futuros (p. ej: 9,10,11 y 17 de este mes) y, si sigues el enlace, te dice que no hay ningun post.
Creo que, cuando el programa busca los posts de un més para construir el calendario, lo hace INDEPENDIENTEMENTE del año de que se trate (porque, para esos días, SI hay posts en el año 2003).
Nada más. Es, simplemente, que lo he visto, le he dado un vistazo, y he supuesto que te interesaría saberlo...
11:26:42 De JJ a Psicobyte
Joooeeeer! Es verdad!
Voy al lío....
Gracias por avisar. Eres un artiittta!
11:34:19 De JJ a Psicobyte
Solucionado. Gracias por avisar.
Tiempo total en solucionar el problema: 14 minutos 32 segundos.
Esto es la Leche.
Fiel a estas modernuras del internet, el website de la compañía química Union Carbide Corporation pone a disposición de sus visitantes una página para conocer su historia. La cual, desde sus inicios en el año 1917 hasta el 2001, está llena de éxitos, logros económicos y avances tecnológicos.
El sueño de cualquier inversor de éxito se resume en estos 84 años de una carrera gloriosa, ascendente y envidiable. Escepto por una pequeña mancha.
La entrada correspondiente al año 1984 dice (las negritas son mías):
Que, traducido:
He puesto esas negritas para corregir a la corporación en ese pequeño detalle: Pese a que, en su defensa, se acusaron a supuestos saboteadores (incluso alguien habló de la KGB), al final Union Carbide no pudo sostener ese extremo, y hubo de aceptar su responsabilidad. Parece que a los mantenedores de la página se les ha deslizado esa actualización.
Pero dejemos estos detalles, y vamos a ver un poco de esta historia. Porque, me temo, la expresión trágica pérdida de vidas no es demasiado descriptiva.
Union Carbide Corporation fué la compañía inventora del SEVIN, el pesticida milagroso. Barato de producir y mortal para los insectos, era inocuo para otros animales. Tras el descubrimiento de la toxicidad del DDT por Rachel Carson y su ulterior prohibición, el SEVIN se mostraba como un fabuloso negocio. Había mucha pasta en juego.
Pero el SEVIN también tenía un problema: Para su producción eran necesarios algunos compuestos muy tóxicos, entre ellos el isocianato de metilo. Una cantidad mínima de este compuesto tenía efectos terribles sobre el organismo. La concentración permitida es de 0,02 partes por millón.
El isocianato de metilo, además, reacciona violentamente en contacto con el agua.
Tanto es así, que la mayoría de los países desarrollados obligaban a grandes (y caras) medidas de seguridad para su almacenamiento y manejo (tanques especiales, manejo de pequeñas cantidades, etc).
Aún así, había paises (como, por ejemplo, la India) en los que las exigencias de seguridad eran mucho más flexibles. Además de esto, la India tiene un mercado laboral "flexible" y con sueldos bajos, y una cantidad ingente de agricultores, y el bajo precio del SEVIN le hace ideal para ese tipo de mercado.
por ello, Union Carbide Corporation construyó en la India 14 gigantescas plantas de producción. El propio director del proyecto advirtió del peligro: Esas fábricas eran demasiado grandes, y se estaba almacenando en ellas cantidades brutales de isocianato de metilo. Nadie le escuchó.
Una de esas plantas era la de Bhopal, la capital del estado indio de Madhya Pradesh (uno de los más pobres del país).
La gigantesca incursión empresarial en la India no resultó tan beneficiosa como habían supuesto los analistas, y empezaron los problemas. El negocio no iba demasiado bién cuando, además, la sequía en la India llevó a muchos agricultores a la bancarrota. La demanda se SAVIN había descendido a la mitad de la capacidad de producción. Si Union Carbide quería segur obteniendo beneficios, tenía que reducir costes.
La mano de obra especializada es cara. La seguridad es cara.
En 1984 se empieza a hablar de cerrar la planta de Bhopal. para ahorrar costes, ya solo está funcionando la mitad del tiempo. La otra mitad la fábrica está detenida. Los sistemas de seguridad, también.
En la madrugada del 3 de diciembre de 1984, la planta de Bhopal estaba detenida. Solo se llevaban a cabo labores de mantenimiento.
Recuerda: había poco personal y poco especializado.
Se estaban limpiando con agua a presión las tuberías que llegaban a los tanques de isocianato de metilo.
Recuerda: Los sistemas de seguridad estaban desconectados.
Una válvula que debería haber estado cerrada con un dispositivo de seguridad no lo estaba, y el agua se filtró hasta uno de los tanques.
Recuerda: El isocianato de metilo reacciona violentamente en contacto con el agua.
Las válvilas del tanque estallaron, y la planta lanzó a la atmotsfera unas cuarenta toneladas de isocianato de metilo, cianuro de hidrógeno y otros gases enormemente tóxicos.
El personal de la planta fué completamente incapaz de detener la nube, que se extendió por los barrios más próximos (y más pobres) de la ciudad.
Tras el accidente, los responsables de Union Carbide Corporation negaron la toxicidad de la nube: Según ellos, solo producía efectos temporales, como irritación de los ojos y las vías respiratorias. No informaron nada respecto al isocianato de metilo ni sus efectos.
Irritación de los ojos y las vías respiratorias, habían dicho. Durante la primera semana después del escape murienron 8.000 personas. Posteriormente, el número de muertos ascendería a 16.000.
Efectos temporales, habían dicho. Medio millón más de personas padecería por el resto de su vida diversas secuelas del gas. El subsuelo aún está contaminado.
Los jucios que se sucedieron durante años contra Union Carbide Corporation fueron una parodia de justicia. Trató de eludir la responsabilidad con el argumento del sabotaje. Intentó desvincularse de los tribunales indios argumentando que era una empresa norteamericana. Declaró que no podía pagar compensaciones porque no podía calcular el precio de una vida en la India.
Al final, Union Carbide Corporation pactó una salida extrajudicial negociada con el gobierno indio. 470 millones de dólares (la sexta parte de lo que se le exigía), a cambio de eximirse de toda responsabilidad.
Muchos afectadon aún no han recibido ninguna clase de compensación. Ni dinero, ni tratamientos. Nada.
Para ver más detalles: Han hablado de recientemente de esto (desde distintos puntos de vista) Amnisitía Internacional, Campanilla y El Pez.
Chicago 2 de Diciembre de 1942 a las 15:45 (en el momento de publicar este post hace exactamente 62 años).
Ese día, los escasos asistentes al estadio Stagg Field de la Universidad de Chicago no habían ido a ver un partido de voleibol. Estaban allí, para bién o para mal, para hacer historia.
Bajo las gradas del estadio, una gran estructura de madera sostenía una construcción de bloques de grafito (grandes ladrillos cúbicos que le valieron el nombre de "pila" al artefacto), con aberturas en las que se incrustaban barras de cadmio y acero boratado, y que contenía capas de uranio metálico, óxido de uranio, y grafito.
Todas las barras de control estaban fuera de la pila hacía rato, salvo una de las de cadmio que llevaba casi dos horas siendo extraida lentamente.
Los contadores habían estado indicando el constante aumento de neutrones a lo largo de la operación. Cuando la barra fué extraida completamente, la reacción continuó, automantenida. Enrico Fermi, Leo Szilard y todos los que participaban en el experimento secreto se miraron satisfechos: La primera reacción de fisión controlada ardía en el interior de la pila atómica.
Para lo mejor y para lo peor. Para la gloria y para la destrucción. Para el conocimiento y para la estupidez:
La humanidad había nacido a la era atómica.