Lo que se siente en el pub "La Rocka" por el futbolín es verdadera devoción. Va más alla de la religión, la política o incluso el propio fútbol.
A ver, que si no es que no se entiende. El otro día había allí solo 14 personas, contando al camarero (Si, es que ese "el otro día" era un lunes).
Pues de esas 14 personas, tres NO estaban esperando turno para el futbolín.
Una de las razones por las que vamos allí es ese futbolín. Otra de las razones es la cerveza en jarra, pero de eso hablaré otro día.
Lo que pasa es es que, supongo que precisamente por esa devoción casi religiosa, los que juegan allí suelen ser muy buenos, con lo que acabamos jugando muy poco.
(Entonces nos vamos al "Van Gogh" que, a pesar de tener un futbolín peor, está más libre).
Mi problema es que soy muy malo a este juego.
Si, bastante peor de lo que te estás imaginando en este momento.
Un poco peor que eso.
¡Eh! ¡Tampoco tanto!
Mi tecnica de juego ha sido bautizada por F. como la "Tecnica del Mono Borracho".
La "Tecnica del Mono Borracho" es una sofisticada estrategia de juego, en la que se enlazan un cierto estado espiritual y mis habilidades personales con las circustancias ambientales y de juego, creando una sinergia estocástica de consecuencias fractalizantes.
Es decir, que consiste en mover los jugadores histericamente con la esperanza de golpear la bola y que esta, a veces, se mueva en una dirección más o menos correcta.
Se llama "Tecnica del Mono Borracho" porque, si tu agarras un chimpacé, lo emborrachas y lo pones a jugar al futbolín, lo haría de un modo bastante parecido.
Lo bueno de esta tecnica es que, cuando entra un gol, tú mismo eres el primer sorprendido.
Lo malo es que esto no suele ocurrir.
Pero, eso sí, nos reimos mucho.
Hay sentimientos que no pueden comunicarse.
Hay dolores que no pueden expresarse. Esos por los que quizás ni siquiera lloras, porque llorar es algo físico y ese dolor es mucho más profundo.
Hay penas que pueden decirse y, quizás, entenderse. Pero el que escucha nunca podrá sentir lo que siente el que habla.
Puedo entender tu dolor. Puedo recordar cuando me ahogaba un vacío en mi pecho semejante (pero nunca igual) al que seguramente te estrangula ahora.
Pero nunca podré decirte "Siento el mismo dolor que tú sientes".
Siento dolor por tu pena, pero no puedo sentir tu pena: Tu tristeza es inenarrablemente más grande que la mía, el abismo es inconmensurable.
Y, aún así, lo siento.
Puedo decirte que el dolor pasará, siempre pasa. Pero eso ya lo sabes. Y eso no disminuirá tu pena.
El otro día, estaba yo en plan entomológico-reivindicativo, y te escribí aquí un panegírico sobre los coleópteros, el grupo con más especies de todo el reino animal.
Tecnicamente, "Coleoptera" es lo que se llama un Orden, perteneciente al Philum "Arthropoda".
El Philum es la categoría máxima en la que se dividen las especies dentro de un reino.
Nota: Los reinos son: Monera (bacterias), Protista (unicelulares eucariotas), Fungi (hongos), Plantae (vegetales) y Animalia (animales).
Ya viste que el Philum Arthropoda, con un millón largo de especies, es el "ganador" en ese "ranking de especies" que montamos.
Pues ahora te voy a presentar al "perdedor":
Situémonos: Austria, año 1886. En el Instituto Zoológico de Graz se encuentran un pequeño "bichito" pegado a los cristales de un acuario de agua marina. Se trata de un pequeño escupitajo de unos dos milímetros de tamaño. Aparentemente era como una ameba de buén tamaño, pero pluricelular.
Al principio, parecía que era el estado larval de algún celentéreo pero, investigando, vieron que el pequeñajo ese era todo un adulto. Un adulto de una especie desconocida.
Cuando encuentras una nueva especie, lo primero que debes hacer es intentar descubrir a que orden, clase, etc pertenece. Es algo así como buscar a la "familia" del bicho, viendo a quién se parece.
Pero el puñetero animalejo no se parecía a nadie. Al menos, no lo suficiente.
Estaba formado por dos capas de células epiteliales dotadas de cilios (que usa para moverse y buscar su menú favorito: Protozoos), entre las cuales hay una capa de células conjuntivas (esta estructura de tres capas es parecida a la de los celentereos, de ahí la confusión original).
Los Zoólogos, originales ellos, pensaron "Humm... Tres capas... pegado al cristal... vamos a llamarlo Trichoplax adhaerens".
Y no le encontraron hueco entre los demás animales. De hecho, ni siquiera encontraron un Philum donde encajara. De modo que tuvieron que crear un Philum para el solito: El Philum Placozoa.
De modo que ahí tenemos al pobre Trichoplax, solo en su Philum (Posteriormente, encontraron lo que parecía ser otra especie de Placozoo, pero parece ser que solo fué una segunda observación del mismo).
Y el caso es que Trichoplax, tan pequeño y humilde, es un bicho fascinante: Se trata probablemente del Metazoo más simple conocido, y algunos ha apuntado a que podría ser nuestro más antiguo antepasado (aunque la forma de reproducirse y desarrollarse apunta a que esto no es así, pero esto no está claro todavía).
Es un cazador implacable (el terror de los protozoos) y, para ser un pequeño escupitajo marino, tiene una vida bastante agitada.
Y ahí está. Pequeñito y solitario en su Philum privado. Y podría ser el abuelo de todos nostros.
Ya te comenté el otro día que me habían hackeado, que había informado al servicio técnico de mi hosting, y que estaba esperando alguna respuesta.
Pues hoy, casi una semana después, sigo esperando.
Ni siquiera un maldito correo para decirme "Estamos en ello". Nada. Nothing. Rien. Niente.
Todavía hay algunas webs que comparten hosting conmigo y que siguen fastidiadas (no todos los webmasters son tan eficientes como yo).
Los index de mi servidor siguen hackeados. yo tardé algo más de media hora en solucionar el problema de mis webs (contando con el tiempo que tardé en descubrir cuál era el problema).
Pero ellos no han hecho nada.
Estoy realmente cabreado con ellos.
El amigo Arkangel me ha recomendado varias veces que me pase a su proveedor de hosting. Y me parece que le voy a hacer caso.
Cada vez que lo pienso me entran ganas de pegarle a alguien. Mejor respiro hondo, me relajo, y pienso en otra cosa.
Vale. Y ahora, más relajado, una buena noticia:
EL Señor Xanatos / MegaLechu / Lechu For President ha abierto este fin de semana su blog (espero que haya pensado en una inauguración oficial con cerveza y esas cosas). Lo cual le hace meritorio merecedor del merecido merecimiento de tener un enlace aquí en la barrita de la derecha.
Si se decide a dibujarse un microbar, se lo pondré. Mientras tanto, se queda con un feo enlace de texto (no se puede tener todo).
Me dirigía al trabajo cuando, al doblar una esquina, los he visto. Estaban esperándome, en la siguiente esquina.
Como siempre, eran dos. Sus impecables trajes, su perfecta corbata negra, sus idénticos maletines oscuros...
No había confusión posible: eran ellos.
Me han visto. Como un solo hombre se ha girado hacia mí. Mirándome fijamente, avanzaban con paso seguro y esa sonrisa del que sabe que su víctima no tiene escapatoria.
Rapidamente he mirado a mi alrededor: ¡Necesitaba una salida! Pero ellos me cortaban el avance, y ni soñar con tratar de salir corriendo...
Yo seguía avanzando, y ellos se aproximaban más a mí. Ya los tenía casi encima cuando, en el momento justo en que uno de ellos extendía su brazo intentando detenerme, he actuado.
Todo ha ocurrido en unos eternos segundos de Bullet-Time
Las pulsaciones de mi corazón retumbaban fuertemente en mis tímpanos: Bum.
El ha intentado, con suavidad pero con firmeza, tomar mi brazo.
Bum.
Yo he girado sobre mí mismo para esquivarlo.
Bum.
En ese momento un camión atravesaba la calle desde detrás de ellos.
Bum.
He aprovechado el impulso de mi giro incial para saltar, sobre un pié, hacia la carretera. delante del camión.
Bum.
Ellos se han girado, siguiendo mi movimiento, sorprendidos de mi velocidad de reacción.
Bum.
El camión continuaba su curso hacia mí. Casi estaba encima mío.
Bum.
En ese momento, he saltado a la acera, al otro lado de la calle.
Bum.
Y, aprovechando que el camión se interponía entre ellos y yo, he huido por un callejón lateral.
Ha sido dificil. Ha faltado muy poco. Pero he logrado escapar.
No debería haber bajado la guardia: Pueden estar en cualquier parte, pueden surgir en cualquier callejón. Están ahí fuera, acechando.
Estoy francamente harto de los Mormones.