Lo último que he leido:
"Rubaiyat", de Omar Khayyam.
El tal Omar fué un señor barbudo que vivió (y bebió) en Persia en torno al año 1.100, que fué matemático, astrónomo y, si hemos de creer lo que él mismo dice, borracho.
Y entre copa y copa de vino, a lo mejor le daba la inspiración y escribía una rubai. Las rubaiyat (que es el plural de rubai, fíjate que cosas) son unas cuartetas que, según dicen los que saben, son típicas de Persia.
Y el que quiera saber más, que lo busque en Google, que bastante pedante me he puesto ya.
Por cierto, en la Unversidad Nacional de San Luis tienes una versión en PDF, que te puedes descargar, de las Rubaiyat. Todo son facilidades.
Pongo aquí tres rubaiyat de las que más me han gustado, para que te hagas una idea: A disfrutarlas.
Más allá de los límites de la Tierra, más allá del límite Infinito,
buscaba yo el Cielo y el Infierno.
Pero una voz grave me advirtió:
"El Cielo y el Infierno están en ti."
Mi nacimiento no trajo al mundo provecho alguno.
Mi muerte no disminuirá ni su esplendor ni su grandeza.
Nadie pudo jamás explicarme porque he venido
ni porque me iré.
El vasto mundo: un grano de polvo en el espacio.
La vana ciencia de los hombres: palabras.
Los pueblos, las bestias y las flores de los siete climas: sombras.
El fruto de tu continua meditación: nada.
Si ayer pasé la mitad de la noche hablando de teología...
Si esta mañana he llegado tarde al trabajo...
Si, cuando he llegado, mi cara parecía la de un cadaver con indigestión...
Si llevo una hora atrancado en la misma línea de código...
Si apenas puedo concentrarme para escribir este párrafo...
Entonces, la cosa algodonosa que se mueve en mi cabeza debe ser, otra vez, resaca.
Que conste que la culpa no es mía: Solo soy una pobre víctima arrastrada por las circunstancias. Más o menos.
El caso es que no bebí tanto. Desde que dejé las copas y me pasé a la dieta exclusiva de cerveza, parece que aguanto menos los efectos de la formulilla CH3-CH2-OH. Habrá que moderarse.
Y ¿Sabes? La conversación de anoche (salvando la parte teológica) mereció la pena.
La música que hace la gente de La Mundial parece bastante adecuada para mi delicado estado neuronal: Una especie de ritmo funk o así, bastante relajado y sin estridencias. La cosa es no subir demasiado el volumen.
Sobre este grupo: Ya lo conocía de haberlo visto "anunciado" en Yonkis, pero no había intentado bajarme nada de ellos. La cosa es que son una gente que compone, toca, edita, y libera su música. O sea, que la regala. que te la puedes bajar sin pagar un duro.
Ok. Ya lo sé. Te puedes bajar la música de cualquiera sin pagar un duro. Pero es que los de la Mundial quieren que lo hagas.
El caso es que, el otro día, blogeando por ahí, me encontré un debate en el que se les trataba de bocazas, capullos, etc.
Y esa fué razón suficiente para que me picara la curiosidad y me bajara una cancioncilla suya. Y después me bajé las demás. Y suenan muy bién.
Y como me han gustado y me han acompañado en este difícil momento de resaca, escribo esto aquí y, además, les hago un huequecito en mis banners.