La V. se nos va a ir.
Ella, que es "más punky que to las cosas" y más bolchevique que el tío rojo de Trotsky, se va al ejercito, previsiblemente a conducir un tanque, que es un chisme grande blindado y que sirve, fundamentalmente, para matar gente.
Esto, con todo lo chungo que es de por sí, no es lo peor.
Porque ella ha pensado lo que quiere o nó hacer, lo que necesita y lo que puede conseguir, y su decisión es suya y solo suya.
Si ella quiere defender la integridad de la patria o dedicarse a intervenciones humanitarias nosotros, aunque nos pese, estamos con ella. Sin dudarlo.
Y sabemos que la decisión no ha sido fácil y que tiene sus razones para hacerlo.
Lo malo de verdad es que se vá, presumiblemente, a Zaragoza. Y no es que tengamos nada en contra de Zaragoza ni los maños. Es que eso está muy lejos.
Y la vamos a echar de menos.
Mucho.
Porque, a pesar de todo, nos cae bién.
Pero, para que nadie diga que me pongo sensiblero, añado un par de notas dedicadas expresamente a la V. para su disfrute personal:
Mira, mona: El verde quaqui te sienta fatal. Mucho mejor el rojo o el azul.
Mira, republicana: El Rey de España, Don Juan Carlos Alfonso Víctor María de Borbón y Borbón-Dos Sicilias es ahora tu jefe.
Mira, dormilona: Ahora vas a ver lo que es despertarse a toque de corneta.
Y ya, para acabar mi arenga antimilitar:
Seguramente no te acordarás de un comentario que una vez te hice, sobre un párrafo de La Internacional que los comunistas acabaron censurando.
Si algún día te ves en la tesitura de tener que apuntar a alguien con el chisme ese, acuerdate del quinto párrafo de la versión original de La Internacional:
Los reyes nos embriagaban con sus vanidades,
paz entre nosotros, guerra a los tiranos.
Apliquemos la huelga a los ejércitos,
¡culata al aire y rompamos filas!
Si se obstinan esos caníbales
en hacer de nosotros héroes,
pronto sabrán que nuestras balas
son para nuestros propios generales.
Y, por cierto: ¡Cuadrese, soldado!
Esta tarde, viniendo al trabajo, he tenido otra teofanía.
He escrito otra porque me dán a veces. Los chamanes, dotados de saberes milenarios, pueden tener este tipo de experiencias a voluntad pero, en mi tierra, el peyote y esas cosas son ilegales.
El caso es que, después una mañana gélida, nublada y gris, al mediodía ha empezado a caer una ligera llovizna. Y hete aquí que, por los azares de la climatología, mientras salía de mi casa ajeno a la mística experiencia que se me avecinaba, la cubierta de nubes se ha abierto, dejando pasar la dorada luz del sol (Si hubiera podido hacer desaparacer la ciudad que me rodeaba, habría visto un hermoso arco iris).
Las minúsculas gotas de lluvia brillando como chispas al cruzar los rayos del sol han desperato en mí esa sensación de paz con el universo, esa percepción inefable de orden implícito, que solo nos asalta muy de vez en cuando, y solo por un breve lapso de tiempo. El viejo Zeus ha dejado por un rato el rayo en el perchero y se ha aliado con Helios para crear ese instante.
En serio. Que no me había fumado nada raro.
Es en momentos como esos cuando creo que puedo llegar a entender a los creyentes.
A veces, otras personas me han hablado de experiencias similares (y casi siempre provocadas por causas tan poco espectaculares como esta), de modo que, o bién no estoy demasiado chalado, o bién es una locura preocupantemente generalizada. La psiquiatría moderna debería tomar cartas en el asunto.
...
¡Mierda! Ya me han jodido el buén humor.
Los tres puntitos de arriba habrían sido el fin de esta nota, si no fuera porque el mundo es como es, a pesar de las paranoias místicas de cada uno.
Porque, con el ánimo espiritual y poético que he intentado describir arriba, he llegado al trabajo, estaba escribiendo esto antes de que se me pasara el buén humor, y me he encontrado una Acción Urgente de Amnistía Internacional en mi bandeja de correo electrónico:
Te copio aquí el incio del correo:
Saad Ahmed Mohammed
Burma Abdel Rahman Masar
Adam Yasin Mohammad
Abdel Karim Ahmed Hido
Dirdima Bushra HatalaEl 12 de noviembre, un tribunal penal especial de Nyala, en el estado de
Darfur Meridional, en el oeste de Sudan, condeno a morir en la horca a los
cinco hombres mencionados en el encabezamiento de esta accion. A Amnistia
Internacional le preocupa que se les haya impuesto la pena capital y que se
les haya condenado en un juicio sin las debidas garantias y basandose
unicamente en confesiones que les habian sido extraidas mediante tortura.Los cinco hombres, pertenecientes todos ellos a la tribu missiriya , fueron
detenidos el 1 de abril y recluidos en la comisaria de Rahad al-Birdi, al
sur de Darfur. Se les acuso del asesinato de un miembro del grupo ta'aysha
(tanto los missiriya como los ta'aysha son grupos dedicados a la ganaderia
asentados en el oeste de Sudan). Al parecer, en la comisaria sufrieron
golpes con palos y mangueras y cortes con cuchillos. Ademas, segun el
testimonio de los detenidos, les estrujaron los testiculos y les insertaron
una botella por el ano. El 23 de julio los trasladaron a Nyala para asistir
a juicio.
Aportando datos y pidiendo que escribamos diversas cartas para intentar evitar/paliar esta salvajada.
De modo que aprovecho para recomendarte que te apuntes a la Red de Acción Urgente de Amnistía Internacional, que no cuesta nada, que no hay que pagar, que solo tienes que mandar una carta de vez en cuando (tu eliges con cuanta periodicidad quieres recibir los avisos), y que puedes salvar vidas.
En serio. Piensalo, pulsa el enlace de la Red de Acción Urgente y ya me contarás.
O no lo hagas. Yo no soy tu conciencia.
Despues de todo, los que van a morir o nó son otros.
Considerando que el arkangel puso en su blog una foto, primorosamente retocada, de un servidor, teniendo en cuenta que prometí tomar medidas al respecto, y como lo prometido es deuda:
Será mejor que lo explique un poco:
Este es un montaje que hice hace algún tiempo, sin ninguna razón en particular, salvo que tenía una foto del arkangel en la que tenía un cierto aire MATRIX.
El roedor es uyna chinchilla de nombre trini(ty), pese a que es macho.
Y el otro es, evidentemente, el amigo Arkangel.
Vale, no es un montaje muy bueno, pero es solo para los amiguetes...
Y con esto doy por cumplida mi venganza. Quiero decir, mi amistoso homenaje.
Ayer fué 20 de noviembre.
Esta es una fecha en la que, en España, algunos conmemoran (y muchos celebran) las muertes de Francisco Franco y Jose Antonio Primo de Rivera.
El 20 de Noviembre de 1975 murió el dictador Francisco Franco Bahamonde. Murió de viejo, que se le va a hacer.
El 20 de Noviembre de 1936 fué fusilado Jose Antonio Primo de Rivera, hijo de otro de nuestros dictadores nacionales, y fundador de la Falange.
Pero no son estos los muertos que quisiera recordar.
Más o menos al mismo tiempo que Primo de Rivera era fusilado en Alicante, otro hombre estaba muriendo en un Madird bombardeado por los fascistas.
Había llegado a la capital dirigiendo una columna de anarquistas para colaborar en la resitencia al asedio de las tropas de Franco.
Ese hombre era Buenaventura Durruti.
Durruti era un anarquista, un soldado y un revolucionario (y, presumiblemente, aunque no he encontrado ninguna referencia, un ateo). Pero 26 años antes había muerto otro anarquista, este profundamente cristiano, pacifista y partidario de la no-violencia (fué una de las personas que más influyó, a traves de sus cartas, en el entonces joven Gandhi). Estoy hablando de Leon Tolstoy.
Tolstoy murió de una neumonía en una estación de tren. Se encontraba allí en plena huída de su vida de propietario, de rico escritor. Quería vivir una vida sencilla basada en sus pricipios éticos y religiosos. En cierto modo, el viejo León murió de un ataque de coherencia.
Durruti y Tolstoy, el Revolucionario y el Pacifista.
Para todos los 20 de Noviembre, estos son los hombres que prefiero recordar.
P.D: Ya que estamos con las efemérides: Tal día como hoy de 1694, nació un tal François Marie Arouet, que más tarde sería conocido conocido como Voltaire.
En realidad, esto lo escribí ayer, pero no he podido ponerlo hasta ahora...
Hoy he recuperado mi identidad.
Es que la había perdido.
En cierto modo, me había perdido a mí mismo.
Bueno, en realidad, lo que había perdido ha sido la cartera.
La cartera y, obviamente, su contenido. Lo que incluye mi DNI, la tarjeta del banco, permiso de conducir...
Y no podía ir al banco a sacar MI dinero, ni votar en las elecciones sindicales (que tampoco quería votar, dicho sea de paso), ni hacer nada para lo que se requiriese demostrar mi dientidad.
Porque no tenía identidad.
Y me preguntó el cajero del banco -"¿Cómo puede demostrar que usted es usted?". ¿Demostrarselo? ¡Pero si YO estaba ahí delante, en carne y espíritu, hablando con él!
Pero eso no vale.
Porque, por lo visto, sin los dichosos papeles, yo no soy yo.
Yo soy mi carnet de identidad.
Chungo.
Por otro lado, hoy también me he pelado.
No haría alusión a este detalle si no fuera porque el Arkangel me ha hecho una foto, y me ha advertido que la piensa poner en su blog.
Si él saca el tema, tendré que decirlo yo antes.
Además, entronca un poco, sin forzarlo demasiado, con el tema de más arriba: El mismo día que vuelvo a ser yo mismo, parezco otro.
Curioso.