Es bién sabido que los patos son unos esnobs, y por eso se burlaban del patito feo y no le permitían unirse a ellos.
En realidad, al patito feo no le molestaba ser feo. Lo que le jodía era que los demás patitos no quisiesen jugar con él.
Cuando se transformó en un atractivo y arrebatador cisne, todos los que antes le despreciaban se sentían ahora atraídos y querían estar con él.
Pero, claro, el ex-patito feo (y ahora cisne) no quería saber nada de unos miserables patos de mierda, y se fué con sus nuevos colegas cisnes, que eran los más guays del estanque.
Lo cual demuestra que el patito feo era igual de gilipollas que el resto de los patos.
Comentarios
En cierto modo, si no fuera porque lo mío ya no tiene remedio, me recuerda a una mañana de clase entre supermega-pijas y metrosexuales que pasan de mí como de un leproso.
La fealdad es también una metáfora, ya lo apuntaba el mismo Psico en un artículo de hace unos días (http://www.psicobyte.com/?modo=permalink&codigo=20050922121801)
El resto del comentario me lo voy a reservar para no aburrir mucho al personal.
Seguro que vas por la calle diciendole a los niños que los reyes magos son los padres (uy, se me escapó)
Y es que las personas somos así de gilipatos.
Además tenia razon para ser asi, si esos patos se portaban mal con él, que no se puede ser siempre bueno en esta vida.