Psicofonías

(algo así como el blog de Psicobyte)

Una de cuernos

Undesirable evolutionary consequences of trophy hunting es el título de un artículo que la revista científica Nature publicó el pasado Dicienbre.

Pero voy a empezar por el principio:

En las Rocosas exite una especie de gran cabra montés llamada Ovis canadensis o Borrego Cimarrón. Es un animal de grandes cuernos en espiral que, al parecer, resulta un codiciado trofeo para los aficionados a la caza deportiva, a los que les atrae la idea de colgar su expléndida cornamenta en la pared.

Individuo contribuyendo a la selección natural

El que a esos individuos les guste disparar a Ovis canadensis por su cornamenta significa que los Ovis canadensis tienen un problema. Sobre todo los Ovis canadensis con la cornamenta más espectacular, claro.

Pero hay más: Las autoridades canadienses, con el noble propósito de proteger al bicho de la caza indiscriminada, escribió las correspondientes ordenanzas sobre cuáles se podían cazar y cuáles no. La idea era que solo cazaran a los más viejos pero, si los Ovis canadensis no tienen carnet de identidad ¿Cómo haces para identificar a los más viejos? Pues por su cornamenta.

Los cuernos del Borrego Cimarrón son, como ya he dicho, en espiral y, cuanto mayor se hace el animal, más se "retuercen". De modo que dijeron algo así como "Solo se podrán cazar borregos cuyos cuernos hagan, al menos, una espiral completa". Esto, además, es lo que les gusta a los cazadores: Ese tipo de cuernos quedarán preciosos sobre su chimenea.

Pero aquí entramos en un detalle interesante:

La espiral de los cuernos de Ovis canadensis no solo depende de la edad del bicho, sino también de sus genes: Algunos Ovis canadensis pueen tener mayores cuernos que otros, aún a la misma edad.

De modo que lo cazadores, al cumplir las directivas, están cazando no solo a los más viejos, sino también a los que poseen genes para "cuernnos de mayor tamaño".

Y aquí entra en juego el amigo Darwin: Si los individuos más "cornudos" de una especie padecen mayor riesgo de morir, eso debe ejercer una presión selectiva en favor de los que los tengan menores.

Y eso es precisamente lo que está ocurriendo, y de lo que habla el artículo de Nature.

De la investigación resulta que, en trenita años, el tamaño de los cuernos de Ovis canadensis se ha reducido en torno a un 25%.

Con esto, además, la caza se ha reducido casi a cero (porque no quedan cornamentas que cumplan las restricciones) y, aún así, el tamaño de los cuernos no se ha recuperado.

Solemos creer que la evolución es algo que ocurre al margen de nosotros, pero el hombre es un agente evolutivo como otro cualquiera. En este caso, las bienintencionadas leyes para proteger una especie están contribuyendo a cambiarla de forma definitiva.

PPCMS 2022