Las cosas están fatal, el trabajo es una mierda, cada vez en peores condiciones, y a la gente, atontada con el fútbol y con sus mediocres vidas, no le importa nada. Nadie hace nada.
Haz ruido. participa en las huelgas, ve a las manifestaciones.
Las huelgas no tienen ningún efecto, y las manifestaciones menos.
Ayuda a cambiar eso, afiliate a un sindicato.
Los sindicatos están apoltronados, viven de la sopa boba y no sirven para nada.
Vota para que cambien las cosas.
Los partidos políticos son peores que los sondicatos. Ninguno representa mis intereses.
Afiliate al que te desagrade menos, participa y cambia el partido desde dentro.
No. Están controlados por su cúpula y no se puede hacer nada.
Unete a algún movimiento vecinal. Seguro que en tu barrio también hay.
Son pequeños grupos de gente tan motivada como inoperante, no pueden hacer grandes cosas.
Participa en alguna plataforma cívica.
Sólo sirven para promover los intereses políticos de los que las controlan.
Hazte voluntario, colabora con alguna ONG.
Eso lleva demasiado tiempo, estoy demasiado ocupado y sólo ofrecen trabajos tediosos y mecánicos. No hay ninguna que pueda aprovechar mi potencial.
Pues dona dinero a una ONG.
La mayor parte del dinero que donas va a pagar la gestión de la propia ONG, no tienes la seguridad de que vaya a donde se necesita.
Sí, lo sé. Estás convencido de que "no se puede hacer nada" salvo quejarte con pose de superioridad cínica. Ese derrotismo cómodo te evita tener que esforzarte, mietras te permite sentirte moralmente justificado. No lo sabes, pero trabajas para el enemigo. El mayor engaño es pensar que estás contra lo que consideras injusto cuando eres una pieza de ello. Creer que estás fuera y sentirte superior a todos esos que hacen exactamente lo mismo que tú.
Si no eres capaz de nada más, hazte donante de sangre, de médula, de órganos. Intenta hacer que al menos parte de tu trabajo sea ético, da clases al niño del vecino, ayuda a tu vecina a subir la compra.
Haz, por una vez, algo por alguien en lugar de estar sentado en tu sofá, quejándote de todo sin hacer nada, dando lecciones a los demás sin aplicártelas a ti.
O, al menos, cállate.