Ya comenté ayer mi vengativo primer propósito de año nuevo. Este es el segundo, en la misma línea.
Voy a buscar las direcciones de todos los testigos de jehová de mi barrio.
Voy a dedicarme a visitarlos en horarios sádicos y a darles la paliza intentando convencerlos para que se pasen al ateísmo.
Voy a dejarles unas revistas aburridas en las que les explicaré las ventajas de celebrar los cumpleaños y de no dejar a tus hijos morir por falta de trasplantes, y en las que aparecerán imágenes de sonrientes familias multiraciales bebiendo cerveza y haciéndose transfusiones de sangre.
Voy a marcharme, tras horas de forzar su hospitalidad, prometiendo que regresaré pronto para comentar la lectura de "El Origen de las Especies".
Que dulce es el sabor de la venganza.