He descubierto que tratar de fotografiar murciélagos en vuelo es jodidamente complicado:
Está oscuro, apenas puedes verlos y ya no digamos enfocar (a lo que hay que unir que necesitas abrir mucho el diafragma), son demasiado rápidos y cambian de trayectoria repentina e inesperadamente. La mayoría de las veces, cuando haces la foto ellos ya no están allí.
Y, además, la gente se te queda mirando, mientras vé cómo le haces fotos a la nada.