Por lo visto fué Émile Borel, en 1913, el que en su libro "Mécanique Statistique et Irréversibilité" enunció el ya famoso asunto de los monos y las máquinas de escribir.
Exiten varias versiones pero, para este post, la cosa consiste en que si ponemos a un mono a aporrear teclas al azar ante una máquina de escribir el suficiente tiempo, acabará escribiendo cualquier obra de la literatura universal que se te ocurra.
Para entererate con más detalle de qué va todo esto, puedes consultar la entrada en Wikipedia (de donde también he obtenido el original para la imagen que ilustra este post).
Como es posible que quieras probar esto por tí mismo, aquí tienes un pequeño simulador de mono, para que experimentes a tu gusto.
Me ha encantado la nota final que aparece en el artículo de Wikipedia:
En 2003, científicos en Paignton Zoo y la Universidad de Plymouth, en Devon, Inglaterra, reportaron que dejaron un teclado de computadora en la jaula de seis macacos durante un mes. No sólo los monos no hicieron más que producir cinco páginas (PDF) consistentes en una larga serie de la letra S, sino que comenzaron a atacar el teclado con una piedra y siguieron orinando y defecando sobre él.
No creo que Émile Borel jamás se plantease realmente llevar su experimento a la práctica de una forma tan literal...
Comentarios
Eso sí, si los monos en cuestión no rompen la máquina a pedradas.
Yo no me lo recomiendo a mí misma.
Supongamos que el quijote tiene un millón de caracteres contando letras y signos de puntuación. Digamos que hay 40 caracteres diferentes disponibles.
Si no me falla la estadística eso da 40 elevado a un millón de posibilidades, y todas tienen la misma probabilidad de salir: una entre 40 elevado a un millón.
Es lo mismo que tirar un dado de 40 elevado a un millón de caras (que no me lea games workshop), y en cada cara lleva escrita una de las "obras". Si haces muchas tiradas, al final todas las caras-obras tienden a salir el mismo número de veces.
Veva, si fuera el mono el que tirara el dado de cuarenta elevado a un millón de caras, ¿tendría alguna probabilidad de salir la cara en la que está escrita el Quijote? Sí, la misma que la de escribirla aleatoriamente. Dicho de modo más simplo, el 11111 tiene la misma probabilidad de salir que el 42760 o cualquier otro número.
La ley a la que se refiere Borel tiene uno de los nombres menos "matemáticos" (por lo impreciso) que recuerdo de la carrera: ley de los grandes números. Quiere decir, simplificando bastante, que, si en un experimento hay n sucesos posibles igualmente probables, la proporción en la que aparece cada uno de estos sucesos tiende a 1/n cuando el número de repeticiones del experimento tiende a infinito. Al lanzar una moneda, quizá los primeros cinco resultados sean cara, quizá los primeros mil millones sean cara, pero la proporción de caras respecto al número de lanzamientos irá ajustandose a 1/2 al crecer ILIMITADAMENTE el número de éstos.
Un ejemplo curioso que vi el otro día (y que ahora no encuentro) en la página de un friki: todos los premios de la lotería de Navidad del año 2005 (el gordo, segundo, terceros, cuartos y quintos, TODOS) aparecen en la serie del primer millón de decimales del número pi. Se puede demostrar (y es fácil hacerlo) que la probabilidad de que un número cualquiera (y, si creas un código en el que a cada letra le toque un número, de forma que "En un lugar..." sea E=05 u=14...) tiene una probabilidad casi del 100% de aparecer en los decimales de pi. Para un número de cinco cifras, la probabilidad es superior al 99.95% en el primer millón de cifras. Para un número tan grande como el que generaría el Quijote, probablemente necesitemos muchos muchos miles de millones de cifras decimales... pero, a fin de cuentas, pi tiene todos esos decimales (y alguno más).
Dicho de otro modo, El Quijote está en el número pi. Y en las manos de los monos.
(En cualquier caso, el ejemplo, con ser acertado, no sugiere que un mono pudiera escribir conscientemente ni tan siquiera una palabra. Probablemente moriría de viejo antes de escribir "orangután"!)