Madre no hay más que una, y a mí me encontró en la calle.
Que no tenía yo muy claro si poner este artículo o nó (ahora te lo explico), pero una madre es una madre.
Te cuento:
Uno tiene un blog, y cuenta cosas que son más o menos íntimas. Y sabe que, amparado en un cierto anonimato, puede hablar de algunas que no le contaría, literalmente, a su propia madre.
Pero llega un inesperado e improbable día, y la madre de uno, mira tú por donde, se hace internauta.
Y uno, prudentemente, procura no comentarle el tema este de que tiene un blog, no vaya a ser que curiosee demasiado. Que, ya se sabe, las madres son muy curiosas, y quieren enterarse de a qué dedicas los fines de semana y si bebes mucha cerveza.
Y, hasta aquí, todo bién.
Pero, claro, la cosa no termina aquí.
Porque, otro inesperado e improbable día, la madre del mismo de antes se abre su propio blog.
Y, claro, una cosa es no enseñarle a tu madre tu blog (que tiene su justificación), y otra muy distinta es no ponerle un enlace (que no tiene perdón de Diós).
De modo que, en auténtica primicia, te presento nada más y nada menos que el blog de la mamá del Psicobyte: "La Cocina de Mamá". Que, como su nombre indica, lo piensa dedicar a la cocina.
Que dice que no comemos bién...
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