La evolución es un proceso sencillo, pero hermoso.
La "receta" para construir cada ser vivo y para que este se desenvuelva está ubicada en sus genes, que son retazos de información contenida en el ADN.
En el interior de cada célula y por afinados procesos químicos, El ADN se despliega delicadamente, complejas estructuras moleculares lo recorren, leyendo los símbolos que contiene, y traduciéndolo en largas cadenas de ARN. Este ARN, a su vez, es interpretado por unos orgánulos celulares, que costruyen complejas proteínas que formarán parte del organismo, ajustarán su química, etc.
En el proceso de reproducción, las células sexuales dán a la nueva generación su tesoro más precioso: Una copia de sí mismas, de sus propios genes, de su ADN.
Eso es la vida.
Pero, en ocasiones, esa copia no es exacta. A veces se filtran pequeños errores. Quizás una letra cambiada en todo un tomo de palabras.
Los genes del nuevo individuo serán ligeramente distintos a los de su predecesor.
A menudo, una de estas pequeñas modificaciones no tiene ningún efecto sobre el organismo, porque el código genético es bastante redundante. Otras veces, la modificación es letal, y le hace inviable. Pero, unas pocas veces, puede cambiar a este organismo de formas nuevas y beneficiosas.
Cada indivuduo debe enfrentarse al mundo. Y el mundo es duro.
El estar dotado de, por ejemplo, un poco más o menos de pelo puede ser determinante cuando debes enfrentarte al frío. unos ojos un poco más sensibles pueden ser una bendición en la noche, o una maldición al resplandor del mediodía. Unos huesos grandes y macizos te harán fuerte y resistente a los golpes, pero te obligarán a comer calcio continuamente para mantenerlos.
Ningúna criatura es perfecta: Todo depende de cómo sea el entorno en el que deba vivir.
Y son precisamente los detalles los que marcan la diferencia. La diferencia entre la vida y la muerte, entre tener descendencia o no tenerla.
En realidad, una pobación de organismos tiene una gran diversidad de distintos genes en sus individuos. Esto es lo que se llama variabilidad genética.
Esta variabilidad genética es fundamental para la especie, porque es la que la le dota de flexibilidad evolutiva.
Algunos de los individos de la población estarán ligeramente mejor preparados para enfrentarse al medio que otros, y tendrán mas posibilidades de sobrevivir, reproducirse, y transmitir sus genes a una nueva generación. De este modo, su proporción en el conjunto de genes de la población cambia ligeramente.
Esto, ni más ni menos, es la evolución.
las poblaciones más pequeñas evolucionan con más rapidez, porque el cambio de unos pocos individuos representa más en proporción al total del grupo.
Las poblaciones más grandes son, por el contrario, mucho más estables: Es muy dificil que nuevos cambios modifique sustancialmente las proporciones de genes del conjunto.
En general, y pese a la diversidad genética que te he mencionado antes, las especies se mantienen más o menos homogéneas: Los cruzamientos haces que los genes se distribuyan por toda la población, de modo que la mayoría de los genes están repartidos entre la mayoría de los individuos.
Pero, a veces, a causa del aislamiento geográfico, o por diferencias en las épocas de celo o por motivos similares, dos poblaciones incialmente iguales, comienzan a diferenciarse cada vez más. Los genes siguen fluyendo entre los individuos dentro de cada una ellas, pero no de una a otra.
Hasta que llega un momento en que son tan distintas que no pueden cruzarse. Y esto es lo que hace que aparezcan nuevas especies, y lo llamamos "especiación".
Y esto es la evolución: Los genes mutan, los individuos son seleccionados al enfrentarse al medio y, por ello, las especies evolucionan.
Hoy iba a hablar de otra cosa: Quería hablar de sexo (te lo había prometido). Pero he pensado que era mejor dejar antes esto más o menos claro.
Lo dejamos para la próxima vez ¿vale?.
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