Un anciano maestro fué llamado al palacio del emperador para escribir un difícil programa.
Cuando el maestro hubo mostrado su obra al emperador, este le preguntó admirado:
"Maestro programador. Has tenído éxito donde otros fracasaron.
Tu programa es simple en su uso y poderoso en su eficiencia. Carece de errores y es útil e intuitivo. ¿Cómo lo has logrado?"
A lo que el maestro respondió:
"Mi señor, yo solo escribí el programa en el Tao:
Primero necesitaba Forma, y le dí las Bases de Datos.
Luego necesitaba Espíritu, y le añadí Subrutinas.
Despues necesitaba Movimiento, y le agregé las Sentencias de Control.
Y al final necesitaba Rostro, y le construí un Interfaz de Usuario.
De este modo solo fuí dandole al programa lo que necesitaba, y el programa se escribió a sí mismo."
Hsi Kuo Pai
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