Una web en general, y un blog en particular, es una cosa muy delicada. Hay montones de accidentes que pueden acabar con ella.
Y no, hoy no me refiero a spam, ni a ataques hacker o averías de hardware.
Son otro tipo de cosas en las que nunca pensamos:
Para empezar, si eres fumador (como un servidor), una colilla encendida puede hacer desaparecer tu blog en unos segundos. O esa mala costumbre de beber café junto al monitor, que también puede ser peligrosa.
Sabes que me gusta hablar de insectos y esas cosas. eso me obliga mantener la página bién limpia, o acabará infestándose de bichos.
El ordenador suele estar lejos de la cocina, lo que suele evitar accidentes culinarios, pero si te dejas un grifo abierto, la distancia puede no ser protección suficiente.
Puede que un dinosaurio furioso o un ataque alienígena sean posiblidades remotas, pero no podemos desdeñar la probabilidad de una conflagración nuclear o, por acudir a causas más naturales, una lluvia de meteoritos.
Gracias a netdisaster por abrirme los ojos, y al Paleofreak por descubirme esta página.