Al final, a L. le regalamos eso.
Eso eran unas bolas chinas, y yo no quise decirlo no por discreción o pundonor, sino porque debían ser una sorpresa y, aunque ella no lee estos blogs, nunca se sabe...
No, no me refiero a estas bolas chinas. Me refiero a este tipo de bolas chinas.
Como no teníamos muy claras sus preferencias, le regalamos dos modelos distintos. Completos que somos.
El obsequio pareció tener éxito no solo ante la homenajeada, sino entre todas las damas asistentes. Para más detalles (foto incluida) se puede visitar la nota al respecto que el amigo Arkangel ha publicado en su Blog.
Comentarios