Durante el último puente, Li y yo intentamos aficionar a algunos amigos (entre ellos a la Rubia) a "los Descubridores de Catán", un juego de tablero un tanto friki, que se sale del tradicional estilo "Trivial".
Costó bastante convencerles para que jugaran.
Pero, cuando lo hicieron, parece que les gustó mucho: "¿Y donde dices que lo venden? Quiero uno para mi próximo cumpleaños.".
En el "Catán", hasta cuatro jugadores (con un mínimo de tres, de ahí nuestro interés en aficionar a la gente) compiten por colonizar una isla. Para ello deben construir carreteras, pueblos y ciudades, y comerciar con los recursos (madera, piedra, trigo...) que les proporciona el tablero.
El tablero está compuesto de ua serie de hexágonos que se distribuyen aleatoriamente, de modo que en cada partida es diferente, y hay que diseñar una nueva estrategia.
Las reglas del juego son simples (aunque al expicarlas a los nuevos jugadores siempre parezcan tremendamente complejas), y tras la primera partida "de entrenamiento" ya estás tan cualificado como el más experimentado jugador. Hay varias posibles estrategias y combinaciones (edificar ciudades, monopolizar recursos, aprovechar puertos, comprar "cartas de progreso", construir la mayor "ruta comercial" o el "ejercito de caballería" más grande...) que se resumen en el objetivo del juego: "sumar diez puntos".
En resumen, un juego simple y divertido (aunque caro, todo hay que decirlo) que nos estuvo acompañando todo el puente.
Otro día te hablo del Carcassone.